ELOGIOS MUTUOS
N.: —La gente ni se imagina la cantidad de horas que paso dentro del estudio. Tengo que coser por lo menos 4 pares de zapatillas de puntas por día –cada par me lleva 30 minutos–, ya que uso entre dos o cuatro pares por día. Y sobre los viajes… Entre julio y octubre, mi itinerario es: Londres, Argentina, Los Angeles, Argentina nuevamente, regreso a Londres, Japón, Londres, Milán, Argen
tina (Bella durmiente en el Teatro Colón), Milán, Londres. [Pero] estoy viviendo el sueño del pibe, como decimos nosotros. P.: —He bailado una coreografía que había aprendido unas horas antes y el bailarín me la iba dictando. Otra vez, durante Giselle, una bailarina Si bien no han coincidido en proyectos escénicos, Marianela Núñez y Ludmila Pagliero se conocen y saben de sus respectivas carreras. Aquí, cada una habla de su colega. Núñez: “Ludmila es alguien que admiro muchísimo y me pone orgullosa saber y decir que tenemos una étoile en la Opéra de París. Lo que logró en su carrera es increíble. Siempre me pone feliz saber de sus logros y es muy bueno que esté en la Argentina brindándonos su arte. En la Argentina, tenemos grandes maestros y, gracias a esto, se forman grandes bailarines que brillan en la Argentina y en el mundo. Tenemos que estar muy orgullosos de esto”. Núñez asegura que Londres está más linda, Pagliero se preocupa por el futuro de Paris. se lastimó en un salto; yo estaba en bambalinas, y el maestro me empujó al escenario para remplazarla. Me ha pasado acostarme tarde, después de un cumpleaños, con un buen nivel de alcohol, y que me llamaran por teléfono para remplazar a una bailarina en la función de las 14.30. Otra: viajar 27 horas, haciendo Sydney-París-Dinamarca en clase económica, y bailar esa misma noche. He bailado con desgarros pensando que eran simples contracturas. Y también, pasar momentos inolvidables con artistas increíbles.
—¿Percibís cambios entre la ciudad que conociste cuando llegaste a integrarte al Ballet y la ciudad de la que hoy escuchamos noticias sobre terrorismo?
N.: —En estos 20 años, Londres ha cambiado para mejor, cada vez más linda. El terrorismo es un gran problema para Londres como para el mundo. También las cosas están tensas con el Brexit. Pero en Londres se siente un sentido de comunidad muy fuerte. Frente al incendio o al atentado del London Bridge, la gente enseguida se ofreció a ayudar. Londres es mi lugar en el mundo.
P.: —La situación cambió; no es un simple problema de Francia o París, sino de toda Europa. El objetivo no es vencer por Pagliero: “A Marianela la sigo desde siempre, ya que ella estaba en el Instituto del Teatro Colon y era unos años más grande que yo. En esos momentos, para nosotros, Marianela, Luciana Paris, Luciana Barrirero, Herman Cornejo, Dalmiro Astesiano, Daniel Proietto y muchos otros eran nuestros referentes. Era una clase maravillosa, a la que admiraba mucho. Así que mi admiración por Marianela nació hace muchos años. Me alegra hoy en día ver cómo cada uno fue evolucionando de forma diferente, tomando caminos diferentes, según nuestra personalidad o nuestra visión artística. Hace poco vi a Daniel Proietto en una gala y fue extraordinario verlo en ese registro contemporáneo la fuerza; es desestabilizar y sembrar dudas entre los ciudadanos, para que pierdan sus valores de sociedades pacíficas, libres y abiertas.
—Marianela, no es la primera vez que bailás sin cobrar...
N.: —Hice la primera gala solidaria en San Martín en 2014, gracias a, entre otras personas, unas de mis primeras maestras, Adriana Stork. Es una forma de volver a bailar donde di mis primeros pasos y compartir este arte con la gente de mi barrio.
—Ludmila, acabás de ganar el Benois de la Danse [el máximo galardón para un bailarín, el que ganaron, entre otras figuras femeninas, Sylvie Gillem, Alessandra Ferri, Tamara Rojo y Natalia Osipova]? ¿Cómo reaccionaste a esto?
P.: —Mucha gente me decía que lo iba a ganar, pero no quería pensar en eso. Sería un bello reconocimiento que aceptaría con mucha humildad, sabiendo que hay millones de excelentes bailarines en el mundo. Lo más lindo de todo esto es la cantidad de mensajes que recibí de todos lados: Julio Bocca, Brigitte Lefèvre, Ana Laguna, Mats Ek, Crystal Pite. Toda esa gente que admiro se ha tomado el tiempo para felicitarme.
“Mi mamá me llevo a tomar clases de danza a los tres años. Y me lo tomaba en serio.”
donde brilla naturalmente. Por el momento, con Marianela no coincidimos y ya lo hemos hablado: en algún momento sería lindo poder reunirnos todos. Somos tan diferentes y lo que podríamos ofrecer sería muy variado en las propuestas artísticas. Ya encontraremos el momento en el que podamos presentarnos todos juntos, para ofrecerle público una paleta de personalidades, de lenguajes y de artistas, todos made in Argentina. Pienso: ¿por qué hay bailarines argentinos que son reconocidos antes en el extranjero que en su propio país? Qué raro… con científicos como con bailarines, siempre pasa lo mismo. Y esto pasó ayer, hoy y, si seguimos así, pasará mañana”.