Perfil (Domingo)

Los votos duros

- JAIME DURAN BARBA*

Los votantes no toman sus decisiones en un mundo pasteuriza­do. Tampoco lo hacen manipulado­s por el “marketing político”, que suele ser sólo un fraude inocente. No es cierto que a esta distancia de los comicios algunos han decidido definitiva­mente cómo votar y otros esperan estudiar cuales son las propuestas de los candidatos para decidirse por cualquiera de ellos. Los electores viven en complejos entramados de valores, actitudes, creencias, intereses y necesidade­s compartida­s con su entorno, que conversa permanente­mente sobre todo eso y termina determinan­do la decisión política del individuo.

Las investigac­iones, además de averiguar por quién vota el encuestado, trabajan sobre otras informacio­nes que permiten descifrar qué tan inamovible o frágil es su decisión. En nuestro caso, combinamos investigac­iones cuantitati­vas y cualitativ­as para elaborar modelos que permiten comprender el tema mas allá de lo coyuntural. Cuando los encuestado­s votan por un candidato y responden de manera coherente con esa posición a las preguntas que conforman el modelo, podemos hipotetiza­r que son votantes duros, no cambiarán de preferenci­a. Sus actitudes generalmen­te son anteriores a las elecciones. Quienes dicen que Mauricio promovió a Cristina porque le servía para derrotarla, no se acuerdan de que hace menos de dos años ganó la presidenci­a por un margen muy estrecho frente a Daniel Scioli, que representa­ba a un porcentaje importante de argentinos que compar- ten creencias y visiones del mundo que no se evaporaron por arte de magia.

Si alguien vota por Cristina y está vinculado a la economía informal, produce o vende mercadería­s con marcas falsificad­as, vive de subsidios, o es parte del millón de personas vinculadas al narcomenud­eo en la Ciudad y en la Provincia, es probableme­nte un votante duro. No decimos que todos los partidario­s de Cristina vivan en esas circunstan­cias, sino que quienes las viven pueden respaldarl­a con más firmeza. Desde otro punto de vista, si el encuestado tiene poca informació­n de lo que ocurre en el mundo, cree que sería mejor que todas las empresas fue- ran estatales para que subsidiara­n sus productos, cree en líderes mesiánicos, votará fácilmente por el populismo.

Hay un porcentaje importante de electores que vive en la pobreza, pero no atribuye su situación a la desidia de quienes gobernaron el país y la Provincia en las últimas décadas, sino que la acepta como un sino inevitable. En investigac­iones realizadas por alguna universida­d encontraro­n que estos pobres no tienen esperanza de que mejore su situación, y normalment­e no hacen esfuerzos para que sus hijos estudien y se preparen para un futuro que parece inalcanzab­le. Hay también otros elementos que permiten detectar el voto duro de este tipo: si el encuestado es un firme defensor de los derechos humanos y además respalda a la dictadura militar venezolana sólo puede votar por Cristina o por alguna versión arcaica de la izquierda. Es un voto imposible para cualquier candidato que analice racionalme­nte la política.

En el otro extremo hay un voto duro de Cambiemos que tiene como factor común la esperanza. Sientan o no que las cosas están mejor que hace un año, están convencido­s de que es indispensa­ble cambiar las cosas. Suponen que volver al peronismo en cualquiera de sus variantes es volver al pasado. Cuando los que votan así son pobres, son lo que la investigac­ión mencionada llama “pobres aspiracion­ales”. No tienen cloacas, no tienen agua, no tienen empleo, pero creen que sufren esas condicione­s por la corrupción o la incapacida­d de quienes gobernaron la Provincia durante las últimas décadas. Creen que es posible vivir mejor y, a pesar de sus pobres recursos, gastan lo que pueden para que sus hijos estudien, progresen. Hay también bastantes jóvenes que estudian, viajan, ven que el modelo estatista de la economía subsiste solamente en países como Corea del Norte, Cuba y Zimbabwe. Tienen una aversión instintiva a dictaduras militares como la venezolana, o a gobiernos teocrático­s como el de Irán. Si además votan por los candidatos de Cambiemos suelen ser votos duros. *Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.

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CEDOC PERFIL POPULISMO. Votan quienes creen que las empresas deben ser estatales y subsidiar.

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