JUSTICIA II
Según una nota de PERFIL del domingo 16, la Justicia cree que el Ejecutivo podría haber filtrado datos sobre Odebrecht en Washington. ¿Acaso ése será el argumento para justificar la futura impunidad? En Argentina, desde hace varias décadas la Justicia criminal federal y ordinaria omite investigar al poder político, y en la última, excedieron todos los límites de la razonabilidad y la legalidad. La observación objetiva indica que, aun limitándonos a la obra pública, jamás un gobierno pudo incurrir en ilícitos de ejecución continuada por más de una década, sin omisión de función judicial y de órganos de control garantizada. No necesitamos buscar prueba en el exterior Lo que necesitamos procurarnos es una Justicia honesta de función legal permanente. Con la tecnología de la época, eficiencia y honestidad en la gestión judicial, es prácticamente imposible para los jueces no desentrañar las verdades objetivas de los hechos sometidos a su conocimiento. Y ello lo demuestra el hecho de que en Europa, en semanas, esclarecen caídas de aviones, atentados terroristas y delitos complejísimos. No nos engañemos, en un real Estado de derecho, muchos de los que ostentan cargos y/o se postulan para candidaturas estarían sometidos a proceso, incluso privados de libertad. Lo que necesitamos, más que información y pruebas, es una Justicia honesta de función legal permanente e independiente, para que logremos constituir un Estado de derecho con igualdad ante la ley y paz social. Alejandra Belmartino alexbelmartino@fibertel. com.ar capacidad? El siglo XXI nos encuentra desnudos de toda racionalidad. Si uno va a pagar una cuenta se encontrará tal vez con un “no hay sistema”. ¿Cuál es el plan B para el cobro? ¡No hay! Lo mismo en una terminal de ómnibus, trenes o aviones, los pasajes inmóviles dormirán la siesta hasta que la energía o “el sistema” vuelvan. Colas de cincuenta minutos o una hora pueden sorprendernos en un pretendido plan alternativo de cobro manual al salir de un estacionamiento de un hipermercado, un estadio o en cabinas de peaje. Un plan B, con B de bobo, de burocrático, o agregue usted el próximo adjetivo. Nos hemos acostumbrado a no tener plan B por vagancia mental, ni siquiera por fatiga. Lápices, cuadernos, atención personalizada, pagarés, recibos, extensiones de horarios, sellos y firmas manuales nos quedan tan lejos en la mente que son parte de la historia. Como si el hombre se hubiera olvidado de caminar al inventar la bicicleta o el automóvil. Miguel Angel Reguera miguelreguera@yahoo. com.ar