Elon musk y su auto eléctrico
Sabe cómo hacer una presentación digna de una estrella del rock: mientras la mú sic a suena en sordecedora, Elon Musk, el fundador de Tesla, sale al escenario a bordo de un Model 3 rojo, su pr imer automóvil eléctrico de precio accesible. Este lanzamiento es un hito para su empresa: la entrega de las primeras treinta unidades a sus nuevos dueños tras un mes de producción en serie. Y aún quedan por entregar unos quiniento s m i l q ue Te sl a t iene ya pedidos.
La ceremonia que tuvo a Musk de protagonista representa un nuevo capítulo de uno de los duelos más apasionantes de la economía actual: el de Tesla contra el resto de la industria automotriz. Esta compañía de Silicon Valley apostó desde el principio por la mov i lidad eléc tr ica que en principio fue ignorada por los grandes de la industr ia como un caso exótico con ventas ínfimas en el seg mento del lujo e inalcanzable pa- ra el gran público. Pero las cosas han cambiado. El cuestionamiento hacia el motor diésel como milagro de eficiencia a causa del escándalo de la manipulación de emisiones dejó claro que los estrictos estándares medioambientales son imposibles de cumplir sin una mayor flota de automóviles eléctricos en circulación. Uno tras otro, los fabricantes anunciaron nuevos coches a propulsión eléctrica.
El modelo que Elon Musk presentó es con el que Tesla quiere llegar a un mercado más amplio. Si sale bien, prevé producir medio millón de autos del Model 3 anuales y unos cien mil de los dos modelos de lujo. “Nunca fue nuestro objetivo constr uir coches caros”, dijo Musk. Sin embargo, el precio básico es de US$ 35 mil; y si se piden todos los extras, la cifra llega a los US$ 60 mil. “La demanda no es el problema”, señala Musk. En julio se construyeron cincuenta vehículos de los que veinte se mantendrán en la empresa para hacer pruebas. Y se puso otro desafío: demostrar que los motores eléctricos necesitan menos mantenimiento que los motores de combustión.