Inversión y crecimiento, las dos variables más sensibles al resultado de las elecciones
Cuánto y cómo impactará el resultado de las elecciones en la economía es el centro de todos los análisis. La lectura general es que una derrota de Cambiemos abriría un escenario más incierto para los inversores, mientras que un fortalecimiento del oficialismo podría acelerar algunos desembolsos que están en stand by. Todo, en un marco donde nadie anticipa cambios drásticos en un espacio de paridad, salvo que hubiera una victoria holgada de la ex presidenta Cristina Kirchner.
“En caso de que haya una diferencia importante en favor de Cristina, creo que sería una mala señal para el exterior (...) creo que si se vislumbrara un escenario de su posible regreso en 2019, veríamos empresas e inversores sin ánimos de desarrollarse en el país”, analiza Ramiro Castiñeira, economista jefe de Econométrica.
La variable más dependiente de las elecciones es la inversión, que en definitiva hoy es el motor de la recuperación económica. Las proyecciones privadas para lo que resta del año registran
Si gana el oficialismo, expertos aguardan que se consolide un ritmo de crecimiento de la inversión de la mano de proyectos privados, demorados hasta ahora.
Un triunfo de Cristina puede poner en duda inversiones, hoy el principal motor de la recuperación tras el ajuste del año pasado. un aumento de entre el 10% y el 13% de los niveles de 2016, pero estos cálculos se basan en el piso bajo de comparación y en el fuerte componente de la obra pública en la inversión este
En este escenario, los pronósticos de crecimiento para 2018 se acercan al 4%, y se podría encadenar un “círculo virtuoso”.
El ingreso de divisas en este caso volvería a traer al escenario pronósticos de tipo de cambio más atrasado.
Con un menor crecimiento de las inversiones, los pronósticos de crecimiento para 2018 se vuelven más magros.
Además, se dificultarían los planes de reformas estructurales que propone la administración de Macri como señal a los mercados, que hasta ahora lo financian, opinan. año. Para el 2018 se espera que las mediciones bajen de los dos dígitos y el componente privado de la variable aumente.
Como este modelo ha elegido como motor de crecimiento el rol de la inversión privada, el efecto sobre la decisión de las empresas define también cuánto puede crecer la economía en 2018. El crecimiento económico es la variable en la que Cambiemos pone varias de sus fichas. Varios de los consultados estiman que el año electoral va a cerrar con un aumento que ronda los 3%, con diferencias muy chicas entre todos. Para el año próximo, el futuro es un poco más incierto, con las proyecciones entre 1,6% y 4%. Fisco. Las proyecciones de este año todas están de acuerdo con el cumplimiento de la meta de déficit fiscal de 4,2% y la gran mayoría estima que se va a cumplir el objetivo de 3,2% del año próximo.
En el Estudio Bein, la proyección para el déficit el año próximo es de 3,8%, motivado en parte “porque el año que viene no está el colchón del blanqueo, que te sacó 0,9% este año del déficit, y además, este año también hubo pagos de deuda flotante, que sirvieron a la hora de financiarse. El año que viene no hay sinceramiento ni los beneficios de los pagos”, según Federico Furiase, economista asociado de la firma.
El sendero de tasas de interés que elija la Reserva Federal de Estados Unidos también influye en este aspecto. “Las metas fiscales parecen cumplibles con holgura, el financiamiento también parece estar garantizado, aunque el año que viene quizás las condiciones internacionales no sean tan favorables si EE.UU. empieza a reducir el tamaño de su hoja de balance”, explica Guido Lorenzo, economista de ACM.
“En lo fáctico, lo que parece más probable es que el Gobierno lograría posicionarse, eso parece el más probable. En cuanto a las expectativas, hay que tener presente que la elección de Cristina Kirchner es en la provincia de Buenos Aires, no en el país. Por otra parte, el resultado de las PASO, no necesariamente tiene que ser el resultado de las elecciones de octubre”, aporta Camilo Tiscornia.