NISMAN
Todos recordamos cuando la ex presidenta nos dijo, en cadena, que la denuncia de Nisman no tenía pies ni cabeza. Muchos, tal vez, aquella escandalosa sesión marcada por la maniobra del FpV, que convocó de urgencia a dos diputados que habían renunciado y jurado en sus nuevos cargos provinciales el mes anterior, para que volvieran tras sus pasos renunciando a sus juramentos y reasumiendo en el Congreso para sentarse en sus bancas, logrando con ello el tan ansiado quórum en la votación del acuerdo con Irán en febrero de 2013 (votado a los sopapos en el Congreso por una expresa orden suya). Un verdadero “vamos por todo”, pero además “hacemos lo que queremos con todo”.