CAFIERO
Leí la nota de Jorge Fontevecchia publicada el sábado 26, como lo hago siempre. Tiene un error histórico. Escribe que el peronismo se mantuvo cohesionado en 1985, lo que no tiene sustento: en la provincia de Buenos Aires, Cafiero rompió con el PJ y sacó más votos que la lista oficial, que llevaba a Herminio Iglesias de candidato. También Cafiero forzó la renovación peronista rompiendo con Vicente Saadi, que era el titular del partido. Fue un enorme esfuerzo emocional para Antonio, que creía en la unidad como elemento de fuerza, como se lo había enseñado Perón. En ese tiempo, el peronismo lo criticó muchísimo. Fue muy duro todo. Decían cosas horribles de él, como que era socialdemócrata, algo peor que un insulto en el peronismo. Mucho peor que ser traidor. No estaban claros los liderazgos, ni la conducción, ni el futuro. Pero él tomó esa decisión y fue para adelante, no sin dudas. El peronismo pudo procesar el recambio generacional y facilitar la llegada de Menem con gran cantidad de dirigentes que no eran parte del “círculo rojo” de entonces, gracias a la democracia interna que impuso Antonio, algo inédito antes y después. A lo que Cristina no se animó. Antonio tenía una generosidad y una visión histórica de la que Cristina carece. Silvia D. Mercado smercado@infobae.com