Desde el calafate, un planeador busca romper hoy el récord mundial de altitud
Se trata del Perlan II, un avión sin motor y de diseño ultrasofisticado. Intentará superar los 16 mil metros de altura. El proyecto internacional reúne a cincuenta especialistas.
da a los 20”, explicó Mariana Liotti, integrante del Grupo de Trabajo de Adicciones del Hospital porteño Teodoro Alvarez. Allí en el último año asistieron a 130 personas por demanda expontánea (turnos al 46302981) o derivados del Ijacba.
Mentiras.
“La persona que empieza a jugar, no va a ser un ludópata inmediatamente. En el trayecto se transitan distintas fases, empiezan a aparecer situaciones problemáticas. Una de ellas es el tema de mentir. Al principio van a jugar acompañados y hay un momento que empiezan a ir solos, a ocultar que se fue a jugar o apostar el dinero que estaba destinado a otra cosa. Esto va deteriorando los vínculos familiares y laborales”, afirmó Dubuc.
Otra característica entre los adictos al juego es que existe cierta pérdida de la noción del tiempo y la realidad. “No logro recordar en qué momento me perdí”, escribió en Facebook el ex policía Oscar Edgardo Alvarenga luego de ser encontrado en el casino del Hipódromo de Palermo, tras estar desaparecido tres días. “Espero en paz y tranquilidad abordar con seriedad mi enfermedad para disfrutar de los que quiero y me quieren”, reconoció el asesor de Cristian Ritondo.
Tras el diagnóstico, el adicto al juego se puede recuperar. “El tratamiento apunta a mejorar su calidad de vida, recuperar su lazos. Es muy importante la red familiar del paciente”, afirmó Liotti. En el Hospital Alvarez hay un equipo que incluye psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales y terapistas ocupacionales.
En la Cámara de Diputados avanza un proyecto de ley nacional para prevenir la ludopatía que fue impulsado por la diputada Gabriela Albornoz (UCR ). El texto plantea desde sacar los cajeros automáticos de las salas de juego hasta crear un registro nacional de autoexclusión, donde cada persona con problemas con el juego se pueda anotar voluntariamente por seis meses. Este tipo de registro existe actualmente en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, con más de tres mil personas autoexcluidas.
más de tres mil personas se anotaron en el registro de autoexclusión
“Cada vez más cerca, pero todavía falta. Y el día “D” podría ser hoy mismo”. Con esa perspectiva y ánimo se levantan cada mañana los integrantes del equipo internacional que, desde hace tres semanas, ponen a punto el planeador más sofisticado del mundo: el Perlan II. Con ese avión sin motor, y desde el aeródromo de El Calafate, buscan quebrar el récord mundial de altitud para esta categoría. Mientras, realizan investigaciones atmosféricas y recaban datos para el desarrollo de la ingeniería aeronáutica.
Lo original es que la marca a superar fue establecida hace exactamente once años, también sobre esta ciudad patagónica, en un vuelo de un planeador convencional, el Perlan I, que alcanzó los 15.460 metros de altura. Luego de esa proeza, y con la idea de estudiar mejor las condiciones de vuelo de la alta atmósfera e inventar el equipamiento necesario para seguir “subiendo”, se fundó el “Proyecto Perlan”.
Hoy sus cincuenta integrantes comparten el entusiasmo por volar. Por eso aclaran que nadie cobra por este trabajo y se financian con donaciones. Eso también explica que, pese al frío de septiembre en este rincón cordillerano, la misión suma largos días de trabajo de expertos en ingeniería aeronáutica y decenas de despegues y aterrizajes de los cuatro pilotos. De hecho, los logros tecnológicos ya alcanzados les valieron el apoyo de Airbus, el mayor fabricante de aviones del mundo, que invitó a periodistas (entre ellos PERFIL) a conocer el proyecto.
El clima apropiado para llegar a gran altitud, por la combinación de velocidad y fuerzas de las corrientes ascendentes, se da por un breve lapso, a fines del invierno. Por eso todo el equipo del Perlan pone a diario el máximo esfuerzo para tener 25,9 km 15,4 km todo listo en el momento en que coincidan las condiciones de vientos y escasa nubosidad. Algo que, según los pronósticos, podría darse hoy mismo. No sólo buscarán quebrar el récord anterior sino que intentarán seguir elevándose hasta la altitud máxima teórica del avión: 27 mil metros, prácticamente el triple de la altitud a la que viajan los vuelos comerciales.
“En las pruebas que hicimos el año pasado la mayor altitud que logramos fue 7.900 metros. 10 a 12 km 15 a 35 km 15,5 km 7km Y hace tres semanas, tras una buena racha se elevó hasta los 9.906 metros”, le contó a PERFIL Ed Warnock, ingeniero aeronáutico, piloto retirado y director general del Proyecto. Y agregó que para poder batir el récord deben darse condiciones meteorológicas particulares, con cielos despejados de nubes y corrientes veloces, que les permitan aprovechar las mejores “ondas de montaña”, un tipo de viento ascendente que sólo se forma en geografías cordilleranas.
Pero para batir récords las ondas de montaña “normales” no alcanzan. Y por eso están en El Calafate. “En pocas partes del planeta se forman ondas de la envergadura que permita alcanzar esta altitud. Sólo en Alaska, Escandinavia y Nueva Zelandia”, explicó Miguel Iturmendi, jefe de ingenieros de vuelo del Perlan II. “Y en Patagonia están las más poderosas debido a la influencia que genera en la velocidad del viento el frío del cercano casquete polar austral”.
El avión lleva equipamiento para medir el comportamiento y la vibración de las alas durante el vuelo, en un ambiente de bajísima densidad atmosférica y a -60°C, lo que obliga a que los pilotos se vistan con varias capas de ropas especiales. “Todo lo que aprendamos del Perlan es información que podrá servirles a las compañías aeronáuticas”, sostuvo Paul Eremenko, director de Tecnología de Airbus. “Porque, en el futuro, para poder economizar combustible, las aeronaves comerciales, buscarán volar a la mayor altura posible”, concluyó el experto.