El entrenador más buscado por políticos y empresarios
Javier Valencia tiene 60 años, empezó hace 30 como personal trainer de Amalita Fortabat; luego sumó a Awada. Trata de evitar a figuras de la tV.
le “Estás gorda, bajá 5 kilos y después vení”, y “Si no quieren hacerse pis cuando se rían contraigan el perineo ¡vamos!”, son algunas de las frases que se le suelen escuchar durante sus clases. En su círculo lo llaman “Hitler”, pero él asegura que todas v uelven. Empezó estudiando ingenier ía agrónoma, pasó por kinesiología y hasta fue DJ y empleado de una metalúrgica hasta que encontró su vocación. Llegó a dar 17 clases particulares en una semana y cada vez que se cambia de gimnasio ellas lo siguen. Entre sus alumnas, que llevan hasta veinte y treinta años con él, están Carolina Stanley, Agustina Ayllon, la hi- ja de Amalita Fortabat, Barbi Bengolea, Evangelina Bomparola, y hasta la primera dama, Jualiana Awada, fue parte de lo que él llama su “fraternidad”. Incluso, muchos políticos y empresarios como Federico Salvai, Francisco y Federico de Narváez fueron a buscarlo. Javier Va lencia, afín al método de la calistenia, se convirtió en el entrenador más buscado. Empezó como personal trainer y hoy da clases en Patio Bullrich “porque la clave está en la motivación grupal”.
—¿Cómo hace para que no lo abandonen?
—Para mí la gimnasia tiene que ser divertida. No sólo efectiva. Pero como yo no soy ni simpático ni payaso, más bien exigente y directo, uso otra estrategia: bailo, y lo hago muy mal. Entonces ellas me copian y les sale mejor y eso hace que se diviertan y ga- nen confianza en sí mismas. ¡Y en mí! Porque saben que no les miento. Así se genera una amistad entre todos. El secreto es tenerlas motivadas. So- mos una fraternidad ya.
—¿Cómo es eso?
—Para que te des una idea, cuando Mauricio se postulaba como jefe de Gobierno, Juliana dijo que no iba a poder venir más, entonces cuando caía las chicas la aplaudían y la motivaban para seguir. Bomparola viene y les pide opinión a todas sobre sus cosas. Se genera una energía muy positiva. Salimos del gimnasio y nos vamos a un café o a alguna casa. Cuando le tocó a Juliana le pidió a la cocinera que haga ensaladas y cosas árabes muy sanas con verduras. Se cuidan mucho porque yo las vuelvo locas. Capaz que después comen mal, pero adelante mío ninguna se
“las acompaño en el paso del tiempo y voy adaptando los ejercicios a todas las edades.”