Francisco.
Las autoridades de varias islas devastadas por el paso del huracán, que hoy golpeaba Florida, trabajaban contrarreloj para enfrentar el paso de un segundo fenómeno, con ráfagas de hasta 240 kilómetros por hora.
En Medellín, y ante más de un millón de fieles, el Papa pidió por la no violencia.
Tras la devastación causada por el huracán Irma, un nuevo ciclón, José, amenazaba ayer a las Antillas Menores del Caribe y se acercaba a Antigua y Barbuda.
El huracán, actualmente de categoría 4, estaba ayer a unos 200 kilómetros al este de la isla con vientos de hasta 240 kilómetros por hora.
Las islas San Martín y San Bartolomé, ya devastadas por el paso de Irma, se preparaban ayer en una carrera contrarreloj ante la llegada del huracán José, que interrumpirá las labores de rescate.
Se esperaba que José, cuya intensidad aumentó a nivel 4, pasara anoche 100 kilómetros al norte de San Martín, ya destruida al 95% por Irma, que ayer llegó a Cuba y hoy alcanzará Florida.
Irma dejó al menos diez muertos y siete desaparecidos en San Bartolomé y en la parte francesa de San Martín.
En total, el huracán causó 25 muertos a su paso por el Caribe, si se agregan los seis muertos en las Islas Vírgenes Británicas, cuatro de las Islas Vírgenes estadounidenses, dos de la parte holandesa de San Martín, dos de Puerto Rico y uno de Barbuda.
El paso de José comportará “olas potentes, cuyos puntos más bajos alcanzarán entre 6 y 8 metros, fuertes lluvias tormentosas y ráfagas de viento de hasta 130 o 150 kilómetros por hora”, informó la agencia meteorológica francesa.
José amenaza con paralizar las comunicaciones aéreas, mientras que las marítimas ya están suspendidas. Un rompecabezas para los equipos de rescate, que tratan de retirar agua y de acercar a los habi- tantes de esas islas víveres y materiales. Sin precedentes. El paso de dos huracanes “tan potentes” al mismo tiempo por el Atlántico no tiene “precedentes conocidos”, declaró el meteorólogo Frédéric Nathan.
La isla de San Martín, con 70 mil habitantes y administraciones francesa y holandesa, está repleta de residuos, trozos de chapa, chatarra y vegetales.
Esos escombros podrían transformarse en “proyectiles capaces de herir o matar” al paso de José, declaró el comandante de la Marina holandesa, Peter Jan de Vin.
Es “ilusorio” creer que San Martín pueda estar correctamente preparado para la llegada de José, agregó de Vin.
En la isla se abrirán nueve refugios con capacidad para 1.600 personas, prometió la ministra francesa de Ultramar, Annick Girardin.