La Ucr apela al “estilo carrió” para ganar poder
El radicalismo busca imitar el modelo de Elisa Carrió. El sector de la UCR liderado por Ernesto Sanz, una especie de ministro y asesor presidencial en las sombras, quiere replicar la estrategia político-mediática patentada por la jefa de la Coalición Cívica: saturar diarios, radios y TV, aunque sin la impronta indomable de Carrió. El objetivo de Sanz y su troupe es combatir la imagen de un radicalismo desdibujado en la alianza de gobierno. Y a la pasada, fortalecer su peso relativo dentro de Cambiemos. El primer paso es que el diputado Mario Negri levante su perfil. El siguiente: que en diciembre se imponga en la interna y asuma como presidente de la UCR.
Sin resignar su papel de consiglieri de Mauricio Macri (seguirá participando de las reuniones de coordinación en Casa Rosada), Sanz ya puso en marcha el trasvasamiento hacia el cordobés Negri, presidente del interbloque de Cambiemos. Durante los últimos festejos de Cambiemos, cuando los cómputos todavía indicaban un triunfo claro en provincia de Buenos Aires, fue Negri (y no Sanz) el representante radical que se subió al escenario de Costa Salguero. Lo hizo por pedido explícito de Sanz, quien prefirió quedarse en Mendoza.
En adelante, el plan es que Negri multiplique su presencia mediática. “Tiene discurso, picardía y gracia cordobesa”, se entusiasman cerca de Sanz. Negri cuenta con otros requisitos: buen trato con Macri, influencia sobre los bloques radicales y afinidad (rasgo inusual entre los boinas blancas) con Carrió. Pero la conducción radical también postula a otros dirigentes para la nueva vocería: el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo, y el diputado y referente radical de Santa Cruz (visceralmente antikirchnerista), Eduardo Costa.
Esa suerte de salida del closet incluye la posibilidad de mostrar algunas diferencias o matices con el PRO. Tras casi dos años de disciplina sin fisuras hacia la voluntad macrista, hasta el ala macrista del radicalismo pretende ganar cierta autonomía.
La movida cuenta con el aval de Sanz, de Negri, del gobernador jujeño, Gerardo Morales, y de un grupo de intendentes. Hasta 2015, el rol de frontman mediático lo cumplía el dúo Sanz-Morales. Pero entre el semirretiro del mendocino y la dedicación full-time de Morales a Jujuy (incluidos los bretes del caso Milagro Sala), la UCR perdió gravitación en la prensa. Y si bien acumula más ministros, intendentes y legisladores que la Coalición Cívica, Carrió parece concentrar más poder que toda esa estructura. De ahí, la conclusión a la que llegó el sanzismo: las horas mediáticas potencian el poder político, y no tanto a la inversa. Una máxima con aires duranbarbianos.
El actual presidente, por ejemplo, es una figura casi desconocida por fuera del microclima: se trata del intendente de Santa Fe, José Corral. Su perfil bajísimo y cierto encapsulamiento provincial, sumados a la derrota de la UCR en Santa Fe, subieron el volumen de los cuestionamientos en su contra. Con la venia de Sanz, Negri ya pica en punta para sucederlo. Los otros anotados son: el mítico Federico Storani y el legislador Hernán Rossi.
La idea es que Negri levante el perfil y presida el partido a partir de diciembre