Revolución audiovisual
La realización audiovisual cambió. Los recursos técnicos están al alcance de la mano. Todos pueden grabar, editar y producir contenidos, pero un periodista no se reduce a una habilidad técnica. El periodista digital audiovisual debe buscar calidad y evaluar cuál es la herramienta más adecuada para contar su historia.
Atrás quedaron los años de grabar en 4:3 y de preocuparnos si la cámara era PAL o NTSC. Hoy conviven los formatos widescreen de televisión, con el formato cuadrado de Instagram; muchas de las noticias que vemos en el celular se ven sin audio, y así la gráfica y los subtítulos adquieren más importancia.
Hace unos días, un autodenominado “ciberperiodista” publicaba un informe en Facebook, provisto solamente de un teléfono celular: se grababa mientras caminaba. El relato era interesante, pero el audio no era muy bueno, la cámara se movía mucho, y lo único que aparecía escrito en el video, era el nombre del periodista, por lo que uno estaba obligado a escucharlo.
Un periodista digital debería buscar las herramientas adecuadas que permitan contar su noticia de la mejor manera posible, para que su público pueda recibir claramente su mensaje. Esto implica elegir tipografías y colores, encuadrar, conocer los sistemas básicos de edición, entender la importancia del sonido, saber qué duración darle a las noticias para evitar aburrir, entretener visualmente sin perder credibilidad, y lograr que el contenido y la forma sean armónicos y eficaces. Es un gran desafío pero vale la pena encararlo si queremos destacarnos entre tanta oferta audiovisual. *Profesor de Técnicas Audiovisuales en la Universidad Austral.