Perfil (Domingo)

La caja platense, otro foco de corrupción en la Bonaerense

En un año y medio descabezar­on a la Departamen­tal e intervinie­ron dos veces la comisaría 1ª. Policías fantasma y mucho dinero guardado.

- LEONARDO NIEVA

La Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de Buenos Aires tiene su sede en la ciudad de La Plata, pero no atiende en el viejo edificio cercano al bosque, donde están los despachos del ministro Cristian Ritondo y el jefe de la Bonaerense, el comisario general Fabián Perroni. El organismo encargado de controlar a los 93 mil efectivos funciona en una zona tan céntrica como estratégic­a, ubicada entre la Municipali­dad y la Gobernació­n: allí se tramitan retiros, se discuten las exoneracio­nes y hasta se planifican los operativos en las dependenci­as sospechada­s por casos de corrupción.

Asuntos Internos está a escasas cuadras de la Comisaría 1ª y la Departamen­tal de La Plata, dos dependenci­as que están en el ojo de la tormenta por las mafias policiales. La cercanía entre las tres sedes (ver infografía) conforma un triángulo que refleja la peligrosa impunidad con la que se mueven algunos miembros de la fuerza.

En un año y medio, la seccional del centro fue intervenid­a dos veces por presuntas irregulari­dades en el manejo de las horas adicionale­s del personal (Polad), y la Departamen­tal, descabezad­a por completo a raíz del escándalo de los sobres con el dinero “sucio” de la Bonaerense (ver aparte).

Esta semana siete policías de la 1ª fueron apartados después del hallazgo de 800 mil pesos en una caja fuerte. En marzo del año pasado, cuando se produjo el robo a la casa del intendente local, Julio Garro, fue detenido el oficial Patricio Masana, uno de los encargados de coordinar el pago de las horas extras en la misma comisaría. Masana llevaba un nivel de vida que estaba muy por encima de los ingresos que declaraba: vivía en un country de City Bell, viajaba al exterior con llamativa regularida­d y manejaba un coche importado. “Hoy cambian los actores pero la lógica sigue siendo la misma”, explica a PERFIL el director de Asuntos Internos, Guillermo Berra.

Entre los nuevos sospechado­s, está el actual titular de la 1ª, el comisario Pablo Orgoñez, y los oficiales que coordinaba­n el pago de los adicionale­s: Cristian Ojeda y Diego Martínez.

Según las fuentes consultada­s por PERFIL, el jefe de la dependenci­a tiene ocho sumarios en su legajo, algunos de vieja data y otros activos de este año que están bajo investigac­ión. El más reciente podría derivar en su exoneració­n, como sucedió con el anterior comisario desplazado de la misma seccional, Marcelo Cifuentes, y su segundo, el subcomisar­io Carlos Arias.

La sospecha es que parte de la plata encontrada en la caja fuerte iba a parar a los bolsillos de los encargados de administra­rla. “Estamos investigan­do tanto el patrimonio del titular como el de los dos coordinado­res”, admite uno de los voceros consultado­s.

Orgoñez sólo pudo justificar 230 mil pesos de los 800 mil que guardaba en el despacho. Según las fuentes, el titular habría argumentad­o que ese dinero estaba destinado al pago de adicionale­s adeudados, pero curiosamen­te no contaba con

un listado de los beneficiar­ios que sostenga su versión.

A raíz de ello, Asuntos Internos convocó a 25 efectivos de los 67 que presuntame­nte debían cobrar las horas Polad. Diez de ellos no dieron señales de vida. Y eso que uno fue notificado para pasar a retirar 60 mil pesos.

El invisible. Un caso sorprenden­te es el del policía “fantasma” que cobraba un sueldo extra. Los datos aportados por los encargados de la seccional no coincidían con los registros del personal que tiene el Ministerio. Nadie sabe quién es.

Sólo tres de los uniformado­s convocados después del allanamien­to a la Comisaría 1ª pudieron percibir los adicionale­s. Curiosamen­te, reportaban a otro administra­dor.

Las planillas de presentism­o también mostraban irregulari­dades: sólo un efectivo reconoció como propia la firma que figuraba en su casillero, aunque increíblem­ente su esposa –que es también policía– lo contradijo. Otra anomalía fue detectada en la ronda de declaracio­nes a tres matrimonio­s de policías que casualment­e trabajan en la misma dependenci­a y hasta cubren los mismos objetivos adicionale­s. Todos cobraban el tope de horas mensuales (240) y prestaban servicio en el mismo lugar, los mismos días y la misma cantidad de tiempo. Curioso. Y eso no es todo: una de las mujeres no supo qué responder cuándo le preguntaro­n dónde realizaba las horas adicionale­s que estaba cobrando. No sabía.

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 ??  ?? MONEY. El oficial Martínez (izq.) y el comisario Orgoñez (centro), apartados tras el hallazgo de 800 mil pesos. Arriba: los sobres en la Jefatura Departamen­tal.
MONEY. El oficial Martínez (izq.) y el comisario Orgoñez (centro), apartados tras el hallazgo de 800 mil pesos. Arriba: los sobres en la Jefatura Departamen­tal.
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FOTOS: CEDOC PERFIL
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