Consentir: el verbo clave en la educación sexual de adolescentes
Con la primavera, se lanzó una campaña liderada por distintas organizaciones para disminuir el embarazo en un grupo etario en el que es preciso enfatizar el valor de la información criteriosa, bien elaborada y tolerante.
Un dato puede llamar la atención sobre la importancia de campañas como #QuererPosta, que seguirá hasta el 26 de septiembre, liderada por Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), Unicef, la Red Nacional de Jóvenes y Adolescentes por la Salud Sexual y Reproductiva (RedNac), Amnistía Internacional, FUSA AC, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) y la Fundación Huésped: el 69% de las adolescentes madres de 15 a 19 atendidas en el sistema público de salud no planeó su embarazo. El dato es sumamente relevante. La adolescencia tiene particularidades –por ser un momento formativo– que reproducen y magnifican conductas de toda la sociedad: el problema se torna una cuestión aun mayor. Al machismo, a las situaciones de abuso, se suma aquí la falta de educación –no siempre estimulada por el sector público– y de información por parte de los jóvenes. Así, educar con un lenguaje joven, aplicando y replicando sus códigos, funciona de manera más efectiva. Por eso, la campaña tiene una particular presencia en las redes. Esos códigos son los que se mantienen en la campaña. Tanto que un rap, cantado por el youtuber Julianero –un hombre, lo cual también habla de la amplitud en cuanto a género–, es una de las bases de la campaña: un rap en el que se habla de pornografía, en el que se ve con naturalidad un preservativo. En el que se aplica un lenguaje comprensible por los jóvenes.
Sustentabilidad.
Las empresas y el tercer sector tienen un funcionamiento más dinámico que el Estado. Por eso, pueden dar respuestas también distintas –más rápicas aunque, seguramente, de un alcance menor– a las nacidas del sector público. Lo importante es que dichas campañas tengan un alto impacto, que produzcan ecos y que cuenten con un expertise detrás que pemita que se expandan hacia todo el conjunto de la sociedad. En materia de educación sexual, si bien nuestro país tiene una legislación de vanguardia, la implementación de dichas leyes tiene baches que son señalados por los especialistas. Por eso, la campaña que fue presentada el último 209 en la sede de Unicef de Buenos Aires, que tuvo algún tipo de apoyo oficial, pero que fue encarada por otro tipo de organizaciones, puede funcionar como un modelo educativo. En lugares tan distantes (y tan distintos) como la CABA, Salta, Posadas, Barranqueras, en Chaco, en estudiantinas, fiestas, acompañando a los picnics del Día del Estudiante, se difundió un mensaje que, entre otras cosas, es tolerante con las elecciones individuales. No se dice qué se debe hacer, sino que se informa acerca de cómo hacer lo que se desea. Deseo es, precisamente, otra de las palabras claves: darle un lugar saludable al deseo es, también, estar educados en materia de sexualidad.
Cuidados.
Un ejemplo puede encontrarse en uno de los folletos que acompañaron la campaña. “Podés – dice la comunicación– elegir distintas formas para prevenir un embarazo no planificado: preservativos, pastillas o implantes hormonales, DIU y más. Podés conseguirlos en forma gratuita en hospitales, centros de salud y prepagas. El preservativo es el úncio que además te protege de infecciones de transmisión sexual. Si tuviste una
relación sin protección, podés pedir gratis un anticonceptivo hormonal de emergencia (pastilla del día después) en hospitales y/o centros de salud públicos. Elegir cómo cuidarte es QuererPosta.
Contra la coerción.
Los especialistas previenen contra un mecanismo que puede alterar la secuencia de la intimidad entre dos personas. Gran parte de las relaciones sexuales en la adolescencia se produce como consecuencia de coerción sexual entre adolescentes, incluso de parte de sus parejas. Explican que coerción es “el acto de forzar a otra persona, por medio de violencia, amenazas, insistencia verbal o engaño, a participar se conductas sexuales contra su voluntad. Puede incluir la amenaza o el uso de la fuerza física, la incitación al consumo de alcohol y/o drogas, el chantaje emocional, la mentira, la culpabilización, la insistencia y la presión, y en todos los casos se consideran como situaciones de violencia sexual”. A todo eso no oponen un mensaje moralista, no: el consentimiento es la clave de un problema que no es, precisamente, ético sino que se trata de salud, sexualidad, y que requiere de conocimientos. Un tema que no se resuelve enseñando la materia Biología. Necesita de conocimiento y una participación concreta de mensajes que sean claros y apunten esencialmente hacia la libertad.
Embarazo adolescente.
Algunos datos pueden sumarse a los consignados al principio de este artículo. “Cada día – informan los organizadores de la campaña–, alrededor de 300 adolescentes se convierten en madres en la Argentina: para 240 de ellas es su primer parto, en tanto las 60 restantes ya tenían uno o más hijos. En 2015, el 14,7% del total de los nacimientos de todo el país fue de madres de menos de 20 años”. La información de la campaña puede encontrarse en www.quererposta.org. ar. Las redes sociales son la otra parte de todo este proceso que estará activo hasta el próximo martes.
Salud.
Un dato a tener en cuenta es que las madres adolescentes menores de 15 años tienen, por ejemplo, una incidencia mayor de hijos con bajo peso al nacer. Otro dato preocupante es que, “entre las mujeres de 14 años, casi la totalidad de quienes no son madres (95%) asiste a un establecimiento educativo, mientras que entre las que son madres asiste sólo el 66%. Además, las madres adolescentes trabajan o buscan trabajo con mayor frecuencia que sus pares no madres. Informaciones que brindan contexto a la campaña en marcha.