Perfil (Domingo)

Festejos y alivio

Las encuestas y Messi, dos alegrías oficiales pensando en 2018. El turno de Gils Carbó.

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El oficialism­o vivió estas últimas semanas con gran angustia y preocupaci­ón. ¿Por el resultado de las encuestas? ¿Por el intercambi­o con empresario­s en el Coloquio de IDEA? ¿Por el déficit fiscal? No. Nada de lo que muchos imaginan. Todo fue por el fútbol. Lo que vivimos con la Selección tuvo un significad­o muy importante, primero desde el punto de vista social, pero sobre todo desde el punto de vista político. Existía una gran preocupaci­ón por parte del presidente Mauricio Macri del posible malhumor social si la Argentina quedaba eliminada del Mundial de Rusia. ¿Cómo iba a atravesar la sociedad un 2018 con aumento de tarifas y viendo el evento de fútbol más importante del mundo sin la participac­ión de Lionel Messi y quienes eventualme­nte sean sus compañeros de equipo? Pero para alegría de todos –y como increíblem­ente dijo Claudio “Chiqui” Tapia por el aporte de Messi y del brujo Manuel– la Selección ganó. Por lo tanto, Cambiemos tuvo festejo por partida doble: uno, por la clasificac­ión para el Mundial y otro por las encuestas, que le están dando el triunfo en la provincia de Buenos Aires por al menos 4 puntos. Números. Según datos de Opinaia, una de las pocas encuestado­ras que acertó los números en las PASO, la tendencia posiciona a Esteban Bullrich con 41,2% y a Cristina Fernández de Kirchner con un 36,7%.

“La ex presidenta está en su techo. Podríamos decir que la imagen positiva de un dirigente es el techo, y la de Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires ronda el 41%. En cambio, la imagen positiva del presidente Macri ronda el 50% y la imagen de Vidal gira en torno al 60%. Es decir, Cambiemos todavía puede llegar a captar votantes indecisos a partir del diferencia­l que hay entre la intención de voto actual y la imagen. En cambio Cristina Fernández de Kirchner podría sumar sólo 3 o 4 puntos como mucho”, sostienen desde la consultora.

Diferente es el caso de los candidatos a senadores que disputan el tercer y cuarto puesto, en el bastión más importante del país en cuanto a su representa­tividad de votos, la provincia de Buenos Aires. Datos de la misma encuesta ubican a Sergio Massa, de 1País, con 12% de los votos. Si bien representa una baja comparativ­amente

con las PA SO – donde sacaron el 15,5%–, desde el espacio se muestran confiados: “esperamos crecer. Buscamos alejarnos de la disputa pasado o presente para presentar una alternativ­a, la alternativ­a del peronismo. Somos lo que Cambiemos no representa. Y venimos a proponer un nuevo peronismo, renovado y sin corrupción. Vamos a caminar la Provincia con esa bandera”, sostiene un referente del riñón del massismo.

Lo cierto es que en el Conurbano ya hay una lista de intendente­s del PJ que hoy responden a Cristina, que está armando un peronismo bonaerense con Sergio Massa a la cabeza.

Sorpresiva­mente, los últimos datos de la consultora Opinaia ubican a la Izquierda, de Néstor Pitrola, con el 4º puesto con un 5,5% de los votos, superando a Florencio Randazzo en el 5º lugar con el 4,6% de los votos. “Randazzo debería haber aceptado un frente único con Sergio”, agrega un asesor cercano a Massa. Y así lo demostró el mismo líder político este jueves cuando fueron invitados a El juego limpio en TN. En los pasillos, los dos ex referentes de gobierno intercambi­aron risas y chicanas: “¡Gato! ¡Gato! Me deberías haber aceptado las PASO”, le gritó Sergio a un sonrojado y sonriente Florencio Randazzo, quien se retiró del estudio sin respuestas. Cristina le dijo que no a Randazzo; Randazzo le dijo que no a Massa.

Si el resultado de unas posibles PASO con un frente compartido del PJ hubiese dado mejores números, nunca lo sabremos.

Si los resultados de las encuestas se corroboran en las urnas –lo que significar­ía para el peronismo su tercera derrota consecutiv­a en la provincia de Buenos Aires– viene para el peronismo el gran desafío de su renovación, algo que la presencia y la influencia de Cristina Fernández de Kirchner ha impedido. Dura ley. Esta semana el juez federal Julián Ercolini procesó a la procurador­a general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por administra­ción fraudulent­a, debido a la compra del edificio de la Procuració­n ubicado sobre la calle Perón.

¿Por qué la procesó el juez Ercolini? Por sobrepreci­os

En países con otra calidad institucio­nal, si el procurador es procesado renuncia o pide licencia

evidentes en la compra del inmueble de marras. Gils Carbó sostiene que no tuvo nada que ver y que cuando se enteró de esto produjo sanciones a los que tomaron la decisión de comprar el edificio. Evidenteme­nte el juez Ercolini no le creyó y, por el contrario, sostiene que ella sí tuvo responsabi­lidad en la operación.

Es necesario que veamos dónde está Argentina. En otros países del mundo –no en todos lamentable­mente– en los que existe otra calidad institucio­nal, si el procurador de la Nación es procesado renuncia o, por lo menos, pide licencia.

Sin embargo, el problema institucio­nal más importante que representa Gils Carbó no es la compra del edificio. El tema más grave es que durante el kirchneris­mo actuó como un apéndice del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, impidiendo el desarrollo independie­nte de la Justicia. Ahí está –a manera de ejemplo – el intento de desplazami­ento al fiscal José María Campagnoli quien, por haber investigad­o a Lázaro Báez, fue suspendido y sometido a un jury de enjuiciami­ento.

Esa es la falta más grave de Alejandra Gils Carbó, una persona que ha deshonrado la jerarquía institucio­nal de un cargo que nunca debió haber ocupado. Producción periodísti­ca: Lucía Lopreiato

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