Malestar en el pJ por los movimientos de cristina
Intendentes y dirigentes bonaerenses del peronismo que acompañaron la candidatura de Cristina Kirchner por los votos están molestos con la decisión de la senadora electa de refugiarse otra vez en la estructura del PJ.
La ex presidenta participó de las elecciones legislativas con Unidad Ciudadana. Armó el espacio para esquivar la interna con Florencio Randazzo y el domingo, tras el escrutinio, dijo que esa fuerza había llegado para quedarse.
Pero enseguida demostró que no tiene ningún interés en dejar la conducción del PJ bonaerense y de los partidos locales en manos ajenas. El jueves, el ex intendente de La Matanza Fernando Espinoza se volvió a sentar en el sillón de presidente del peronismo de la Provincia para avisar que el kirchnerismo duro no abandonará su intención de seguir en el comando partidario.
El temor de los dirigentes bonaerenses es quedar atrapados en la arbitrariedad de La Cámpora y del ultrakirchnerismo y permanecer relegados en la toma de decisiones, cuando se viene un proceso de reorganización de la oposición. Un ex intendente que recuperó en su distrito la dirección del PJ se lo dijo con todas las letras a un ultrakirchnerista esta semana: “Armaron Unidad Ciudadana, hicieron abandonar el peronismo a mu- chos y ahora quieren volver a refugiarse acá”.
De todos modos, los jefes comunales tampoco encuentran una alternativa más competitiva y por eso muchos siguen encolumnados detrás de la ex presidenta, tal como adelantó en su edición de ayer PERFIL. Claro que tienen el dilema de quedar como una minoría permanente y no como una opción para ganar en territorio bonaerense en 2019, tanto en los municipios como la gobernación.
Cristina criticó el domingo electoral a los gobernadores peronistas que tienen preten- siones presidenciales y que, por ser una oposición amigable con el Gobierno, perdieron en las urnas. Y les marcó la cancha al avisarles que si pretenden la unidad deberán encolumnarse detrás de ella, porque es la dirigente peronista que más votos obtuvo. La estrategia de radicalización extrema del kirchnerismo no agrada siquiera a los que creen que, efectivamente, no se puede construir sin CFK pero tampoco con ella destratando al resto. “La gente dejó en claro qué tipo de oposición quiere”, expresó la senadora electa en Arsenal, en alusión a la necesidad de confrontar al oficialismo abiertamente y rechazar sus políticas. No gustó nada esa frase a los jefes provinciales, que están tratando de recuperarse de la “ola amarilla” y de unificar criterios para no ser desplazados por la nueva hegemonía macrista.
El regreso kirchnerista a la mesa partidaria incomoda a los que quieren retener el sello y la estructura. Pero el mapa de reorganización del peronismo deberá esperar algo más que las elecciones internas: el recambio legislativo y el reacomodamiento de los gobernadores también influirán.