Ee.UU. no dudará en dar una respuesta militar a Pyongyang
James Mattis, secretario de Defensa, dijo en Seúl que Washington prioriza la diplomacia, pero responderá cualquier ataque norcoreano.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, advirtió ayer que, pese a que su país prioriza el uso de la diplomacia con Corea del Norte, no dudará en ofrecer una “respuesta militar masiva” ante un eventual ataque nuclear de Pyongyang.
“No se equivoquen, cualquier ataque a Estados Unidos o a sus aliados será derrotado”, dijo Mattis en una rueda de prensa junto a su homólogo surcoreano, Song Young-moo.
El máximo responsable del Pentágono finalizó con estos términos su visita de dos días a Seúl, donde participó en la reunión consultiva anual en materia de defensa de los dos países
Estados Unidos “tiene muchas opciones militares” diseñadas para reforzar la diplomacia y la disuasión, afirmó el secretario de Defensa. Tensión. Mattis trató, durante su estancia en Corea del Sur, de rebajar la tensión disparada entre Washington y Pyongyang por el beligerante intercambio de acusaciones entre ambos, en el que Corea del Norte ha asegurado que su desarrollo nuclear busca contrarrestar al norteamericano.
En este sentido, el jefe del Pentágono insistió ayer en que Corea del Norte ha acrecentado sus amenazas y acelerado sus programas de armas “innecesariamente”, y que su país sólo quiere lograr la “completa, verificable e irreversible” desnuclearización del régimen, “que es el único camino para su supervivencia”.
Mattis advirtió que, en caso de ataque, el ejército norcoreano no sería rival para la defen sa combi nada de Washington y Seúl, e indicó que los aliados seguirán tratando de “hacer entender a Corea del Norte que no puede lograr los fines que busca a través de su comportamiento provocador”.
El secretario de Defensa estadounidense fue más allá al asegurar: “No puedo imaginar una situación bajo la cual Estados Unidos pueda aceptar a Corea del Norte como una potencia nuclear”, una de las reiteradas demandas del régimen que lidera Kim Jong-un.
El veterano militar estadounidense consideró que seguir por el mismo camino y con su desarrollo armamentístico será a la larga “contraproducente” para Pyongyang y “reducirá su seguridad”.
Seúl y Washington acordaron expandir el “despliegue rotatorio” de activos estratégicos estadounidenses –como submarinos, portaaviones o bombarderos– y seguir promoviendo las maniobras conjuntas y actividades de entrenamiento para mejorar sus capacidades combinadas ante cualquier ataque, según recoge su declaración conjunta.
Pero Mattis dijo estar contra el despliegue de armas nucleares tácticas en Corea, como han demandado parlamentarios surcoreanos, alegando que podría tener un efecto adverso para los esfuerzos por la no proliferación.
La visita de Mattis sirvió de preámbulo a la que comenzará Donald Trump el 7 de noviembre, en la que abordará con su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, el conflicto con Pyongyang.