“Lo único que hice en la vida fue ayudar”
El actor de Miami Vice dice ser el primer mexicano con historias propias en Hollywood. Cree que en cincuenta años sólo creció un 2% la participación de latinos.
Edward James Olmos es, por sobre todas las cosas, incluso por encima de sus muy buenas dotes actorales, una leyenda. Es el latino que supo sembrar el campo de Hollywood para que luego aparecieran otros como él. Hizo un personaje memorable en la Blade Runner original, a punto tal que en la secuela que se estrenó hace pocos meses inventaron una escena sólo para que él pudiera aparecer. Integró el inolvidable equipo de la recordada División Miami como el teniente Castillo, donde compartía cartel con Don Johnson, y luego obtuvo el protagónico en televisión con la serie de culto Battlestar Galactica (donde su importancia era tan grande que le permitieron dirigir cuatro capítulos). Por el teniente Castillo ganó un Emmy y un Globo de Oro como mejor actor de reparto. En Madrid, en ocasión de la entrega de los premios Platino, el actor recibió el Platino de Honor por su trayectoria. Casado tres veces, tiene seis hijos: Bodie, Michael, Mico, Tamiko, Brandon y Daniela. A sus 70 años, muestra una vitalidad increíble. Y ganas. Sobre su estadía en España confiesa que “es una maravilla, ha sido algo que no esperaba. Doy las gracias a toda la gente que ha puesto su tiempo y energía y economía para poder tener a los latinos, es algo muy importante para nosotros en este momento”. Se refiere a la actual política estadounidense con Donald Trump como presidente. Educado en una familia de inmigrantes mexicanos, su padre, Pedro Olmos, trabajó 25 años como soldador y otros tantos en el servicio postal. Y su madre, Eleanor, como ama de casa. Sin falsa modestia revela que “la única cosa que he hecho en la vida es ayudar a mi familia, ayudar a la comunidad y ayudar al mundo. He dado más de lo que he recibido en la vida, y he recibido mucho, pero doy más de lo que recibo”.
Asegura que su irrupción en Los Angeles fue “anormal” ya que, cuando comenzó a trabajar, los latinos no llegaban al 2%, y revela que en los cincuenta años que lleva en el oficio apenas subió otro 2%. “Ni siquiera creció ese porcentaje. Diría que en to- tal, no llegó al 4%”. Y reflexiona tranquilo, sentado en un sillón en el que se muestra siempre sonriente “Somos más del 20% de la población entera. Una de cada cinco personas que viven en los Estados Unidos es latina”.
—¿Y por qué piensa que pasa esto?
—Hay muchas causas, pero más que nada son prejuicios y discriminación. En la actualidad esa actitud para totalmente lo que está pasando en el mun- do que apoya la diversidad. Es muy difícil.
—O sea que usted es una suerte de héroe latino metido en Hollywood…
—Entiendo muy bien mi participación en el arte, mi participación especialmente siendo latino en los Estados Unidos, lo entiendo muy bien. Antes de que yo llegara no había historias que estuvieran representadas en las películas que filmé. Ni Anthony Quinn, ni Rita Moreno, ni José Ferrer ni cualquiera de los latinos que teníamos antes de que yo llegara hicieron películas sobre los temas que nosotros hemos pegado, ni en teatro, ni en cine ni en televisión. No, no, ha sido muy diferente, y me dicen: “No, tú has sido el primero”. Estamos hablando de 1970, 80, 90, y ahora, 2000, y 2016. Pero qué lástima que tomó tantos años para comenzar. Si yo soy el primero es muy tarde.
—¿Y qué opina de Trump?