Vota Chile.
El ex mandatario lidera las encuestas, pero disputaría una segunda vuelta con el oficialista Guillier. Se espera una elevada abstención.
El ex presidente Piñera llega con ventaja a la elección de hoy. Busca evitar el ballottage.
Sebastián Piñera quedará hoy un paso más cerca de volver al Palacio de la Moneda, cuando 14,3 millones de chilenos acudan a elegir un nuevo presidente, 23 senadores, 155 diputados y 278 consejeros regionales. El ex mandatario es favorito en todas las encuestas, donde le saca más de 20 puntos al segundo, el periodista Alejandro Guillier, del oficialista Nueva Mayoría. Pero esa distancia no le alcanzaría para ser electo y disputaría una segunda vuelta el 17 de diciembre, donde quedaría sellada su victoria final.
Así, Piñera cerraría el ciclo regional de giro a la derecha, inaugurado en 2015 por Mauricio Macri. Volvería al lugar que dejó hace cuatro años. “Es difícil que gane en 1a primera vuelta. Pero en la segunda, con cer teza lo hará. Después de un período de amplias reformas bajo Michelle Bachelet, que tendieron a aumentar el peso del Estado, la población quiere un respiro con un gobierno más enfocado en la gestión y en la cuestión económica”, explicó a PERFIL el sociólogo Eugenio Tironi, presidente de la consultora que lleva su nombre.
La centroizquierda llegará muy fragmentada, con seis candidaturas que competirán con Piñera y con el ultraderechista José Antonio Kast. Guillier, Beatr iz Sánchez, del Frente A mplio, Marco Enríquez-Ominami, Carolina Goic, de la Democracia Cristina –de centro, pero que rompió su histórica alianza con la Concertación y la Nueva Mayoría–, Alejandro Navarro y Eduardo Artés, disputarán los votos del progresismo trasandino. Distancia. La ventaja que Piñera le saque a Guillier será clave para la competitividad de la segunda vuelta. En 2009, el empresario le sacó 14,46 puntos porcentuales a Eduardo Frei. Esa diferencia, a la postre, se volvió irremontable. Por eso, su comando de campaña cree que esa cifra –o una
más abultada– sellaría su regreso al gobierno. Su campaña de cara al ballottage seguirá apuntando a la clase media, temerosa ante la ambiciosa agenda de reformas de Bachelet, y a los votantes de centro. Abstención. El otro gran enemigo de los candidatos será el elevado número de chilenos que no acudirá a las urnas. Los cálculos más optimistas prevén que sólo votará el 50% del padrón electoral. Chile es el país con la menor participación de América Latina. En ese contexto, los votantes más fieles a sus principios y tradiciones son los de la derecha. Ese núcleo “duro” posicionó a Piñera como el favorito, aunque probablemente no obtenga mayoría absoluta en el Congreso y tenga que disputar una segunda vuelta el 17 de diciembre.
“Chile Vamos”, la agrupación de Piñera, conseguiría 74 de los 155 escaños en la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado alcanzaría “en el mejor escenario” veinte de 43 representantes. Por eso, será clave la búsqueda de apoyos en partidos de centro, como la Democracia Cristiana, que por prime-
“no se aguardan grandes reformas o contrarreformas. Será un gobierno de centro”
ra desde 1990 no apoya al candidato de la coalición de centroizquierda.
“No se aguardan grandes reformas ni contrarreformas. Será un gobierno más de centro. Gran parte de su labor estará marcada por la necesidad de implementar reformas de Bachelet en campos como la educación o las pensiones. Temas nuevos que propondrá son la modernización del Estado y la reforma de salud. Para aprobarlos, requerirá una “oposición constructiva”, lo que seguramente tendrá”, agregó Tironi.
Otro factor de los comicios será el debut del sistema proporcional, que se aplicará a la totalidad de la Cámara de Diputados y a la mitad del Senado. El fin del sistema binominal, una herencia de la dictadura de Augusto Pinochet, diezmará a las dos grandes fuerzas –Renovación Nacional y la UDI, por un lado, y la Nueva Mayoría, por el otro– e implicará la emergencia de nuevos actores políticos.