En Palermo funciona la primera escuela para ‘drag queens’ del país
Dictan cursos de maquillaje, peinado y estilismo para crear personajes y hacer performances en vivo. cada vez más boliches las contratan para shows.
Con mucho brillo en el cuerpo, maquillaje exageradísimo, pelucas de colores, vestuario llamativo, pestañas, uñas y zapatos con mucho taco, el mundo de las drag queens va ganando espacio. Porque si bien es una “profesión viejísima”, como definen algunos de sus referentes locales –ya que viene de los tiempos en que los hombres interpretaban los roles femeninos en el teatro porque ellas no podían actuar–, en el país siempre estuvo más asociado al under del espectáculo.
Son “personajes”, “reinas de la noche”, hombres o mujeres que se transforman para hacer performances en vivo, sobre todo en fiestas o boliches, pero que de a poco van ganando presencia en otros espacios: en Paler- mo, por ejemplo, acaba de abrir la primera escuela de drag queens; allí hay cursos de maquillaje y estilismo. “Drag queen es un género artís- tico que viene de hace mucho tiempo, cuando las mu- jeres no podían actuar en obras de teatro. Después se desarrolló la técnica de travestismo para actuación y entretenimiento, y empezó a tener diferentes tipos de estética, siempre con la necesidad de expresar el género opuesto en la actuación. Abarca muchas artes juntas, es una performance viviente, una expresión corporal”, dice Liborio Pablo Iuculano, que hace veinte años llegó al género drag y creó a Elektra Trash, un personaje “grotescamente andrógino, que exacerba la estética femenina”, dice.
Todos los viernes Iuculano da clases en Plop Jaus, un La argentina Miuka Underground (izq.) y RuPaul, que es famosa en el mundo. nuevo espacio de cultura alternativa para artistas, donde abarcan temas que van desde el maquillaje, la intervención del cuerpo y el vestuario hasta la conformación de las figuras: “También está la parte de expresión corporal, cómo moverse, cómo sentarse, la parte de actuación, de playback”, agrega.
“Ser una drag queen en Argentina no es fácil porque no hay tantos lugares para trabajar, y tampoco es una profesión barata: la que quiere lucirse tiene que invertir dinero y tiempo en expresar cada vez mejor su arte”, dice Tomás Hamelau, que los jueves en el Club 69, en Niceto, se sube al escenario como Miuka Underground.
Ramiro Coll también trabaja en Club 69, es encargado del vestuario. “Ser drag en Argentina para mí suma muchas disciplinas en una sola. Yo soy productor de moda y arte, y soy un actor que de noche se transforma en un personaje de ficción, que no importa qué género tiene exactamente porque es un personaje fantástico”, dice.
La estética y el concepto son todo, por eso llaman la atención desde el vestuario hasta los nombres de los personajes que interpretan, como Miuka Underground o Valentina Brillantina. “Las drags hoy están muy en boga, son exponentes de la moda y referentes de lo estético, se usan mucho en eventos grandes o discos”, agrega Coll, que también dará un curso de drag queen en Gasparini Make Up.
Cada vez más boliches en el país contratan drag queens para shows. En muchos, sobre todo del ambiente de música electrónica, en el último año invitaron a drags internacionales, del reality de RuPaul, la reina drag más famosa del mundo.