Internazionale
La abierta injerencia en la política libanesa. El desafío a Irán. La redada por corrupción contra sus adversarios internos. Ya no quedan dudas: el príncipe heredero saudita, Mohammed Bin Salman ha decidido, a sus 32 años, ir por el poder absoluto en un reino hasta ahora acostumbrado a una gerontocracia galopante. Además, la difícil coalición contra Irán que acerca a Arabia Saudita con Israel. No los une el amor, sino el espanto ante el avance del gran referente de los musulmanes chiitas.
Una intriga saudita