“en el congreso, no hay fotos mías durmiendo”
La diputada con más años en la cámara aconseja a los novatos que jurarán el 10 de diciembre: “ser desconfiado” y “no ganar enemigos” entre los empleados. Los “bolichitos” para comer.
En 1989, Graciela Camaño ingresó al Congreso por primera vez y, salvo por el período en el que comandó el ministerio de Trabajo durante la presidencia de Eduardo Duhalde, nunca se retiró. Los distintos legisladores que convivieron con ella en la Cámara de diputados aseguran que es difícil ganarle una discusión cuando se trata del reglamento legislativo y la negociación de leyes.
A partir del 10 de diciembre, varios dirigentes pisarán el recinto por primera vez. A ellos, tras 28 años en el Congreso, Camaño se anima a dar varios consejos.
“Ahora estoy frente a una mesa enorme llena de papeles sobre el reglamento, sus costumbres e interpretaciones. Fui elegida 8 veces diputada nacional y sigo estudiando el reglamento. Esto te hace ganar discusiones para conseguir que ministros den explicaciones como fue el caso de Juan José Aranguren, hasta que peleemos ahora por ex- plicaciones por un pibe asesinado en Bariloche y un submarino con 44 tripulantes que no aparece”, cuenta Camaño.
“Cuáles son los diputados que más proyectos presentaron en el año y cuáles son los que menos lo hicieron”, suelen ser los títulos de las notas con los que en los medios se evalúa la tarea de los legisladores. “Yo creo que es importante la calidad de los proyectos pero como el periodismo mira la cantidad, hay que preocuparse también por la cantidad. El poder está perforado por la comunicación y hay que tener una estrategia en ese sentido”, responde Camaño. Y agrega: “Lo mismo pasa con las presencias. Yo estoy en una sesión y me puede pasar que tengo un problema político en el salón de los pasos perdidos, y en ese momento ponen en votación algo, eso ya es una ausencia mía. Estoy trabajando ahí adentro, no voté la ley y ya tengo un ausente. Antes se contaba el presente a la sesión. Ahora hay diputados que tienen alto porcentaje de presencias porque votaron un paquete de 70 leyes y no entienden nada, no leen nada, no hacen nada pero se quedaron sentados toda la sesión y tienen mejor puntuación que vos”.
La diputada asegura: “En el Congreso no tenés una cabeceada mía”. Para no ser fotografiado dormido en medio de una sesión maratónica, Camaño asegura que la adrenalina es la que ayuda. “Cuando entré en 1989, lo que me distinguía era que me dormía en cualquier lado, en una cena, en donde fuera. Pero en el Congreso sólo tengo una foto en la que no estoy durmiendo, estoy agarrándome la cabeza, no hay fotos mías durmiendo. Tenés que estar tan atento a que nadie te haga una picardía, que puede ser desde meterte un proyecto hasta modificarte un dictamen y sabiendo que esto puede pasar, hay que tener un control distinto y la adrenalina a que no te pasen por encima ayuda”.
Otras de las polémicas que se generan en torno al con-
“macri no quería ser diputado y tenía un aburrimiento terrible.” “No hay que confiar en nadie. Antes lo que se acordaba con el jefe de bloque se cumplía.”
greso es el uso de viáticos, pasajes y el canje por dinero en caso de no ser utilizado. “Estamos hablando con Emilio Monzó para hacer otro tipo de reconocimiento de la necesidad que tiene el diputado de andar. Hay dirigentes que necesitan el avión para llegar, pero cuando la gente se entera que los que vivimos en el conurbano bonaerense o Capital Federal también lo tenemos, tienen razón en pensar que no tiene sentido. Pero sí tiene sentido si acordamos tener nafta. Eso debemos corregirlo y sincerarlo para que no esté el reclamo de si es ético o no que se convierta en dinero la movilidad que se le da”, reconoce la legisladora
Sobre las futuras negociaciones en un Congreso en el que el oficialismo y la oposición se necesitarán mutuamente, la dirigente advierte: “Antes se podía confiar, ahora no. Antes ibas ,acordabas, llegabas y sabías que contabas con ese compromiso. Hoy acordás con Cambiemos y desde la televisión Elisa Carrió rompe todo”.