SUBMARINO
La noticia de la suspensión de la búsqueda del submarino ARA San Juan es una vergüenza para este país repleto de controversias de distintas índoles que la ciudadanía común debe tolerar y no las entiende por inverosímiles y descabelladas. Los familiares luchan en soledad, tan perdidos en el tiempo como lo son sus marineros en alta mar. Quisiera preguntarles a la Armada y al Gobierno: ¿qué pueden pensar los países que nos han brindado tanto apoyo de toda naturaleza? ¿Qué pueden pensar los cuatro mil colaboradores –anónimos– que trabajaron incansablemente para no fracasar en la búsqueda? Siento amargura y desolación, pero no pierdo las esperanzas. Alba Cuozzo albacuozzo@yahoo.com.ar