INADMISIBLE
remoción fue el objetivo del Presidente, pero en realidad lo fue de la moral, la ética y los valores, resignados en aras de (no digo haras) un enriquecimiento que lo llevó a vivir frente a la quinta presidencial, en una casa que por su valor real sólo podría haber adquirido en dos vidas. Todo un símbolo. Esto de victimizarse, como lo hacen en cadena la mayoría de quienes no pueden justificar sus patrimonios mal habidos, ya no sirve de mucho. Juan Manuel Irala jumirala@gmail.com Una mitómana comprobada con infinidad de causas judiciales por su conducta delictiva juró por Dios y por la Patria. Pregunto: ¿qué pasa con todo lo que hoy la Patria, a través de votos, y la Justicia, con pila de expedientes ominosos, ensucian la persona que vuelve impunemente a jurar? ¿Qué valor, credibilidad, se desprende de la conducta de la ex presidenta, que debió haber dado un paso al costado si tuviera un ápice de dignidad? Los legisladores representan a los ciudadanos que los eligieron. A mí no me representan ni la senadora impresentable ni los que no muestran fehacientemente su oposición al aberrante ascenso de Cristina al Senado. Lila Díaz D’Onofrio verdadyamor@fibertel.com. ar Educación, con el respaldo del Sr. jefe de Gobierno, insiste en una estrategia totalmente autoritaria, conflictiva y provocadora para con los docentes, esta vez del nivel superior, formadores de docentes. Si faltan maestros y profesores para cubrir las vacantes que se producen en el sistema no es por falta de vocación sino porque los salarios son paupérrimos. Un docente tiene una formación superior de, como mínimo, cuatro años; y una capacitación permanente a lo largo de su carrera. Cuando se recibe inicia un complejo trámite de inscripción para tratar de conseguir una suplencia de corta duración. Cuando ésta termina, se queda sin trabajo, obra social ni aporte jubilatorio. Puede tardar varios años hasta conseguir una estabilidad laboral relativa como interino. El maestro se provee de su propio guardapolvo y elementos de trabajo y a veces compra para sus alumnos. Su salario mensual inicial es de $ 13.800, con un 40% sin aportes (en negro). Un oficial de la nueva Policía de la Ciudad tiene nueve meses de formación terciaria e inmediatamente accede a trabajo estable, obra social y aportes jubilatorios, se le provee de uniforme completo y elementos de trabajo. Cobra de básico alrededor de $ 22 mil mensuales. Por supuesto que hay que mejorar la formación. Pero no se resuelve con una nueva “universidad” y la desaparición de los institutos superiores de formación docente, algunos centenarios; habría que empezar por establecer estrategias para elevar el paupérrimo nivel del colegio secundario que desde hace diez años gestionan. Pero eso requiere inversión. Algo que este gobierno no está dispuesto a hacer. El año 2017 fue el de menor porcentaje de inversión en la educación dentro del presupuesto de CABA. En diez años de gobierno lo bajaron del 30% a menos del 19%. Prefieren invertir en más policías y más control. Esta reforma, donde no se incluye a los institutos privados subvencionados, es un nuevo ataque contra la educación pública, como lo es la “secundaria del futuro”, para seguir deteriorando y justificando la desinversión en ella. Germán Filippini Filippinigerman@gmail.com