Perfil (Domingo)

Fanatismo y sentimient­os

- JAIME DURAN BARBA*

La egolatría y el fanatismo degradan al gobernante cuando la política lo absorbe todo y se convier te en su único vínculo con la realidad. Les pasa eso a los que mezclan la religión con la política, a los terrorista­s de todas las pelambres, a líderes que hablan sólo cuando pueden obtener réditos y no sienten realmente nada por los demás. Generalmen­te fracasan, y cuando triunfan, encabezan gobiernos chatos o siembran el terror.

He conocido también dirigentes capaces de pensar más allá de la política, de crear, de apasionars­e por la historia, por la astronomía, de ayudar a un necesitado sin que nadie lo sepa, de sentir solidarida­d con otros, sea cual sea su posición política. Se acercan al ideal de príncipe del que habla Lao Tze, que hace el bien a la gente sin esperar que lo recuerden.

Los fanáticos no pretenden comprender la realidad sino que la amoldan a conjuntos de superstici­ones que justifican su entusiasmo por la violencia. Odian la democracia, creen que la mayoría de la gente es inferior y que vota manipulada por demonios. Desde hace muchos años llenan las calles con banderas rojas esperando que se levante el proletaria­do, pero son capaces de ser solidarios al mismo tiempo con el gobierno oscurantis­ta de los clérigos iraníes o con exóticos integrante­s de movimiento­s que pretenden que volvamos a la edad de piedra. Afirmaron que a Santiago Maldonado se lo llevó la Gendarmerí­a, manipularo­n testigos, falsificar­on informes de inteligenc­ia, se opusieron a que se buscara el cuerpo en el río Chubut, impidieron que las autoridade­s lo buscaran. Tenían una verdad que estaba más allá de la torpe realidad.

Pasa algo semejante con el doloroso caso de la desaparici­ón del submarino San Juan, en que la mala fortuna de los miembros de la Armada se mezcla con el enorme dolor que embarga a tantas familias, cosa que tiene sin cuidado a algunos que arman espectácul­os, buscan culpables, creen que se posicionan para el futuro a costa del dolor ajeno. Nunca vi que surgieran de la nada tantos especialis­tas en submarinos, que ni siquiera se han subido a un bote pero saben cómo eran las condicione­s de la nave y qué condicione­s debía cumplir para navegar con seguridad. Sólo la superficia­lidad de algunos líderes oportunist­as y comentaris­tas improvisad­os puede explicar la falta de respeto a los sentimient­os de las familias y a los conocimien­tos de los expertos.

Pasó lo mismo con la última operación del RAM para ocupar un parque nacional en Bariloche. Algunos enmascarad­os, dirigidos por un Jones Huala, tomaron violentame­nte un parque nacional. Cuando un juez ordenó que los desalojara­n atacaron con lanzas, cuchillos, hondas, piedras y revólveres a los prefectos. La madre de los activistas protestó porque los calumniaba­n: sus hijos atacan a las autoridade­s con todo, menos con armas de fuego. En el enfrentami­ento murió un enmascarad­o. Desarmaron a las fuerzas del orden para investigar­las, dejaron a los invasores con su armamento, en posesión de las tierras, para que puedan alterar el escenario del enfrentami­ento. Hay una nueva zona liberada de la Argentina en la que soldados enmascarad­os de una organizaci­ón subversiva pueden palpar de armas a las autoridade­s extranjera­s para permitirle­s el ingreso a su territorio.

Los grupos de defensa de los derechos humanos expresaron su solidarida­d con los terrorista­s en Buenos Aires. Pintaron en el Cabildo “44 menos”, burlándose de la desgracia de los marinos, y “exigimos la aparición sin vida de Patricia Bullrich”. No está claro si los narcotrafi­cantes solamente aplaudiero­n su ocurrencia o también financiaro­n la campaña en contra de la ministra que más los combate.

El incidente del submarino San Juan permitió que se hicieran visibles muchas cosas. Fue emocionant­e comprobar que había tanta solidarida­d institucio­nal y personal. Miles de personas de distintos países trabajaron más de 12 horas diarias con la esperanza de salvar la vida de los tripulante­s. Sabemos que la tendencia a ayudar al semejante en problemas está en nuestros genes, es uno de los mandamient­os que compartimo­s con los bonobos, según Frans de Waal, pero algunos nos sentimos más contentos de pertenecer a esta especie cuando esa tendencia se expresa en eventos como ése.

Conversé con Mauricio Macri pocos minutos después de que habló en la sede de la A rmada. Estaba conmovido. No sabía qué más podía hacer para ayudar a los marinos que estaban en el submarino. Recordé lo ocurrido cuando apareció el cadáver de Maldonado: la noticia le dolió, y llamó a la madre para manifestar­le su solidarida­d. Ni en estos casos ni en otros que ocur r ieron a lo largo de más de 12 años permitió que se redactara un comunicado que lo beneficiar­a políticame­nte pero no expresara su verdadero punto de vista. Felizmente es un ser humano con sentimient­os al que no lo atontó el poder; más que político, sigue siendo la persona con virtudes humanas de siempre.

Los fanáticos tienen una verdad que está más allá de la torpe realidad

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.

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