Perfil (Domingo)

LIBRO DESTACADO

-

y la cultura, herramient­as con las que podrán enfrentar los desafíos que ofrece el futuro. Como sostiene Vicente Verdú: “La imagen ha ganado mucho terreno a la imaginació­n. La emoción ha robado prestigio a la reflexión. Lo instantáne­o, el suceso puro, vence al proceso y a la reflexión, prevalece la cultura de la imagen que apela a la emoción, en un mundo instantáne­o de sucesos puros”. Nuevas formas. En este contexto, la tecnología se debe utilizar a favor de nuevas y mejores formas de enseñanza, no sólo en su faceta de “consumo tecnológic­o”, sino como una herramient­a al servicio educativo. La educación es la herramient­a idónea para vencer la instantane­idad, resaltar los valores de la creación y la innovación. Es la llave que conduce a la reflexión, al pensamient­o crítico y la valoración del esfuerzo por el conocimien­to. Es por ello que resaltamos el invalorabl­e sentido contracult­ural que ha adquirido la educación en este tiempo. Desafío. Nuestra apuesta, debe ser al conocimien­to y a la educación, la creativida­d, la innovación y la ciencia, porque el capital humano y social son y serán la frontera que separe a los países desarrolla­dos de los que no lo son. Estos cambios impactan en la manera de relacionar­nos, en la comunicaci­ón, en el acceso a la informació­n, en el trabajo, en la salud y, por supuesto, en las modalidade­s de enseñar y de aprender. También a gran escala: en los países, sus sociedades y sus economías. Es difícil anticipar qué forma tendrán los trabajos de las próximas generacion­es. Sabemos que serán otros, aunque no sabemos cuáles.

De acuerdo con los especialis­tas, 5 millones de puestos de trabajo desaparece­rían en 2020 a manos de la tecnología. La inteligenc­ia artificial, a la vez que creará entre 50 y 60% de nuevas actividade­s laborales, hará crecer en forma exponencia­l la productivi­dad. La mano de obra como fuerza motriz será desplazada e influirá relativame­nte en la generación de riqueza. El impacto previsto de la inteligenc­ia a r tif icia l en el modo de producción es equivalent­e a 3 mil veces el que tuvo la Revolución Industrial.

Ya conviven con nosotros parte de estas transforma­ciones. En el caso de las ofertas educativas, la posibilida­d de enseñanza personaliz­ada a través de tutores inteligent­es, la robótica educativa, los desarrollo­s en neurocienc­ia cognitiva, entre otros ejemplos.

También sabemos que aquellos países que inviertan en el capital social contarán con una ventaja competitiv­a: podrán preparar a sus jóvenes en las habilidade­s necesarias para crecer y responder a las demandas económicas, sociales y políticas del siglo XXI.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología como política de Estado debe llevarse adelante en colaboraci­ón con empresas e institucio­nes de la sociedad civil, en la búsqueda de promover la innovación para la inversión productiva, dar impulso al desarrollo de la infraestru­ctura, con institucio­nes sólidas y transparen­tes y con respeto al medio ambiente. Sólo así se pueden delinear estrategia­s a largo plazo que permitan imaginar acciones concurrent­es que dejen atrás los ciclos de frustració­n que han caracteriz­ado a la Nación.

Hoy, los países desarrolla­dos y aquellos que aspiran a serlo apuestan a consolidar sociedades del conocimien­to, a partir de valores como la verdad, la creativida­d, la transparen­cia, el apego a la ley, la Justicia y la democracia.

Las sociedades integradas, que comparten una visión de futuro común, tienen mejores oportunida­des para su desarrollo. Y una educación superior inclusiva, de calidad y gestionada en forma transparen­te, debe ser la agenda del “Centenario de la Reforma Universita­ria” y el punto de partida para enfrentar los desafíos de la sociedad del conocimien­to.

La educación es la llave que conduce a la reflexión, al pensamient­o crítico

*Rector de la Universida­d Nacional Noroeste Buenos Aires.

Materiales para un autorretra­to

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina