Perfil (Domingo)

Terminales

- SELVA ALMADA

Hace poco viajé a Villa María, Córdoba, en micro. Llegué una hora antes de lo planeado, así que nadie había ido a buscarme y era todavía muy temprano para llamar por teléfono: las 5 de la mañana. Cuando íbamos entrando a la ciudad y vi la hora pensé: qué fastidio esperar en una terminal desierta, con todo cerrado, en un banco cerca de las dársenas o en una oscura sala de espera. Sin embargo, cuando estacionam­os la terminal estaba de lo más animada. Varios micros cargando gente y gente esperando adentro en el bar o en la sala de espera; kioscos abiertos y hasta un local de productos regionales. Maestras y profesoras. Algunos hombres con un bolso pequeño, de viajeros de un par de días. Unos cuantos perros bien alimentado­s y de buen pelo, vagabundea­ndo entre las sillas y la gente. Los perros de las terminales de provincia.

Pero también había algunos corridos, como les dice un amigo: personas fuera de foco, que nunca se sabe si son o se hacen. También son personajes típicos de las terminales de ómnibus. En mi pueblo, el corrido se llamaba Lero y usaba siempre pantalones con tiradores. No se sabía qué hacía en la terminal. No hacía nada, en realidad, más que ir a mirar a los que llegaban y se iban, sacar conversaci­ón y manguear cigarrillo­s. Acá, apenas entré al baño me encontré a dos: un chico muy grandote y alto que me hizo dudar de si estaba en el baño correcto y pegar la frenada, y una mujer teñida de un rubio anaranjado que vio mi gesto y me gritó: pasá, pasá, es el de mujeres pero acá estoy con el amigo. Cuando me metí en el cubículo me di cuenta de que el chico estaba medio tocado y un poco ella también. No sé si eran madre e hijo o hermanos. O simplement­e dos corridos que se encuentran, se reconocen y se juntan.

En Santa Fe, antes de llegar a Chaco, hay un pueblo que se llama Tostado. El micro que va de Buenos Aires a Villa Angela tiene una parada ahí, así que estuve muchas veces. Es el momento para ir al baño, estirar las piernas, comprar agua caliente para el mate. Siempre para alrededor de las 5 de la mañana. Tostado es un pueblo muy feo y su terminal no se queda atrás. Hasta el rosado del amanecer parece sucio de tanta tierra que vuela sin cesar, todo el tiempo. No son mejores los baños de la terminal: los depósitos de agua vacíos, las canillas secas, el olor a acaroína que perfora narices y gargantas. Afuera hay un tipo dormido con una mesita con papel higiénico cortado en pedazos y un frasco para que los usuarios depositen sus monedas. Pero como está dormido, todos sacan papel y nadie le deja plata. Así desde hace veinte años.

La terminal de mi pueblo, cuando yo era chica, era linda. Paradójica­mente, ahora que es un pueblo turístico la terminal está dejada y sucia y en la madrugada a veces ni siquiera hay taxis. Cuando era chica había un solo taxista en toda la zona, pero siempre estaba ahí, no importaba la hora. También había un kiosco con muchas revistas y golosinas. El kiosco era del Tío Coco, el único homosexual declarado del pueblo. Siempre había chicos lindos haciendo nada, masticando golosinas o fumando: sacaban todo de ahí, sin pagar. En verano se quedaban hasta la madrugada, en shorts y ojotas, mostrando los torsos bronceados. No había mucho que hacer en las vacaciones. La gente decía que el Tío Coco vendía droga y se la ponía a los chicos en las gaseosas para después seducirlos. Cuando murió de sida, a fines de los 80, también dijeron que lo habían enterrado en un ataúd de acero para que eso que tenía en el cuerpo no se esparciera en el aire y nos contagiara a todos.

 ?? MARTA TOLEDO ??
MARTA TOLEDO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina