Ametralladoras y balas reemplazan al cristo como símbolo carioca
En Río de Janeiro, la ciudad brasileña más visitada por extranjeros, están de moda como souvenir las ametralladoras, alegóricos de la guerra que se libra entre narcotraficantes, policías y militares.
Una ametralladora en miniatura con la inscripción “Río 2017” o la réplica de una bala son ofertados a 5 reales (1,8 dólares) en la tradicional Feirinha de Copacabana.
Allí los artesanos ofrecen al público recuerdos típicos como llaveros con la imagen del Cristo Redentor o del ce- rro Pan de Azúcar. Pero en los últimos meses creció el número de clientes que optan por recuerdos con imágenes que simbolicen la guerra y hasta piden que sus nombres sean estampados sobre las ametralladoras en miniatura.
Los souvenirs replican las ametralladoras AK47, los fusiles R15 o proyectiles de armas de guerra utilizados por los narcos que controlan las favelas.
Varias de estas favelas son próximas a barrios elegantes como el de Copacabana, frente a la playa más famosa de Bra- sil y donde están varios hoteles “cinco estrellas”, como el propio Cocapabana Palace.
“Los gringos prefieren comprar las réplicas de balas” que los recuerdos tradicionales con imágenes de Pan de Azúcar, dijo el dueño de un puesto de artesanías a la cadena Globo. “Es extremadamente peligro- so asociar a Río de Janeiro con un símbolo de la violencia (...) como son las armas” de guerra, advirtió Paulo Storani, especialista en violencia urbana. Imagen. La imagen de Río de Janeiro fue afectada por la violencia, y esto preocupa a los empresarios del sector ho-