El jefe de la anses, un actor casi mudo en el debate previsional
Fue el hombre invisible en el debate. Siquiera estuvo en la Casa Rosada el jueves por la tarde-noche cuando se armó una suerte de “mesa de emergencia” con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, prácticamente todo el gabinete nacional y los líderes parlamentarios del PRO y la UCR. Tampoco se lo vio en las reuniones técnicas, salvo escasas ocasiones. Emilio Basavilbaso es director Ejecutivo de la Anses y, a pesar de que el lunes se tratará el proyecto que envió la Casa Rosada para modificar la fórmula por la cual se calculan los haberes de los jubilados, el funcionario prácticamente pasó inadvertido en las horas cruciales de debate político y público.
“El jueves, en medio del quilombo, siquiera apareció por teléfono”, se queja ante PERFIL un funcionario que trabaja en el primer piso de Balcarce 50. Acaso por ello el trabajo técnico quedó en manos del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, y del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
“Quedó claro que firma lo que le ordenan, no tiene poder de nada”, se escuchaba bufar a varios diputados nacionales esta semana sobre la actitud de Basavilbaso. Quien se “apropió” del funcionario fue Quintana, quien en su afán por cosechar poder en la Casa Rosada, estudió y trabajó el tema previsional. Ambos tienen un padrino político común: el poderoso jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Las pocas incursiones en medios de comunicación de Basavilbaso para hablar de la reforma le dejaron un sabor amargo a la cúpula del poder macrista: no tuvo mejor idea que comparar el nuevo sistema nacional con el de Finlandia.
Y remató: “En general nuestras jubilaciones son más altas que las del resto del mundo y las del resto de la región”. A partir de allí, se quedó prácticamente mudo.