Perfil (Domingo)

Interna y relanzamie­nto

Además de disputas, los últimos anuncios son una señal de la puesta en marcha del plan poselector­al.

-

Un poco de historia reciente: en cada uno de los tres fines de año de su gestión, Mauricio Macri tomó decisiones económicas de alto impacto. En 2015, recién iniciado su mandato, eliminó las retencione­s a las exportacio­nes de granos con excepción de la soja y, a la vez, levantó el cepo cambiario que había instituido Cristina Fernández de Kirchner en diciembre de 2011.

En 2016 se concertó el blanqueo de capitales más exitoso de la historia de la Argentina. Henchido de orgullo, el entonces ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, se sintió victorioso por el hecho de haber sido él quien piloteó todo ese proceso. Fue una victoria que tuvo un sabor personal para el ministro, quien estaba enfrentado con el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Federico Sturzenegg­er. A Prat-Gay la alegría por esa victoria le duró poco. A Macri no le gustan los funcionari­os que intentan sobresalir y se rebelan contra un modelo de gestión que prioriza el concepto de equipo.

En 2017, luego del éxito o político que significó para el l oficialism­o la aprobación de e la Ley de Presupuest­o, la pre- sentación de las nuevas metas de inflación para el año que viene, representó un sinceramie­nto de las expectativ­as económicas que el Gobierno tiene para el año próximo. Lo ocurrido fue producto de una decisión del Presidente que estuvo en consonanci­a con la realidad: el índice de inflación planificad­o por BCRA –10%– era absolutame­nte imposible de cumplir.

En lo interno, son bien conocidas las disputas existentes entre Sturzenegg­er y la dupla de ministros económicos que conforman Nicolás Dujovne –Hacienda– y Luis Caputo –Finanzas–.

Se viene hablando de Dujovne como “el ganador” de la pulseada entre Economía y el Central. En realidad, hay quienes dicen que no hay ganadores ni perdedores porque la idea que se impuso fue consensuad­a en la Rosada.

Sturzenegg­er venía haciendo lo necesario para alcanzar las metas impuestas previament­e, no tenía opción y sabía lo que hacía. Cuando los límites se corrieron, todo cambió. Puja saldada. En el off the record subrayan que, en realidad, hubo un reconocimi­ento implícito de que, tal como estaban las cosas, las metas eran inalcanzab­les sin perjudicar el crecimient­o. Por eso se decidió recalcular. Además el presidente del Central ya venía sosteniend­o la misma disyuntiva entre altas tasas e inflación desde la época de Prat-Gay. Venía sometido a un desgaste innecesari­o y sería injusto tildarlo de perdedor por decisiones que tuvo que mantener por el rumbo elegido.

Esas voces afirman que se seguirá apuntando al crecimient­o bajo pero sostenido en el tiempo y que habrá nuevos “reacomodam­ientos” tarifarios de aquí hasta abril.

El revés de la trama conduce a un hombre de peso dentro del Gobierno: el secretario de Coordinaci­ón Interminis­terial –virtual vicejefe de Gabinete–, Mario Quintana, a quien no se lo vio en la conferenci­a de prensa del jueves. Las disputas entre Quintana y Sturzenegg­er son ya un clásico dentro de la actual administra­ción. Entre los varios rounds que protagoniz­aron en estos dos años, se recuerda el que hubo hacia fines de septiembre pasado en ocasión de la discusión sobre el Presupuest­o y cuando ya se analizaban las medidas que buscaban alcanzar la reducción del déficit fiscal, que es el origen de todos los problemas de la economía argentina, circunstan­cia que se sabe es uno de los desvelos de Macri. La discusión pasó entonces por el impuesto a la renta financiera, algo a lo que el presidente del Banco Central se ha opuesto sistemátic­amente. En aquella ocasión, la impetració­n de Quintana no encontró eco en el jefe de Estado. Para Sturzenegg­er, sin embargo, esa victoria duró poco. En la Ley de Presupuest­o que terminó aprobando el Senado en la noche del miércoles, una de las novedades fue, precisamen­te, el susodicho impuesto. Con todo, no era esa la única discusión existente entre Quintana y el presidente del BCRA. El vicejefe de Gabinete –hombre de empresa– hacía suyas las quejas de los empresario­s acerca del obstáculo –un verdadero varapalo– que representa­ban las altas tasas de interés que el BCRA venía aplicando para intentar controlar la inflación. Con tasas del 27/28% que se pagaban por la Lebac, cualquier inversión productiva tenía como destino la nada. Esto derivó en la reaparició­n de la bicicleta financiera –“carry trade”, en términos técnicos–, de la cual tantas experienci­as nefastas hay en la historia de nuestro país.

Todo esto que ocurrió en el ámbito interno del Gobierno va más allá de lo puntual. Tiene valor político y marca cómo quedó el cuadro de poder interno. Empoderado. Marcos Peña es un claro ganador. El año pasado logró deshacerse de Alfonso Prat-Gay y este año doblegó a Struzenegg­er. Como se expresó en la conferenci­a de prensa, de ahora en más las metas de inflación no las va a fijar el Banco Central sino que lo hará el Poder Ejecutivo.

El Gobierno ha completado así el verdadero relanzamie­nto de su gestión. Es en lo que trabajó desde el día después de su triunfo electoral del 22 octubre. Es lo que dio pie a los anuncios hechos por Macri en su discurso en el CCK del lunes 30 de octubre. El Presidente sabe que, de ahora en más, las invocacion­es al pasado y a la pesada herencia ya no servirán como argumento para explicar o justificar la falta de soluciones. Los problemas más importante­s que enfrenta son dos que están relacionad­os: inflación y pobreza.

El debate de la Ley de Presupuest­o y la reforma tributaria ocurrido en el Senado dejó algunas cosas claras. Desde lo anecdótico, las chicanas de Cristina Fernández de Kirchner quien, por lo que se vio y escuchó, usará su banca no solo para criticar al Gobierno sino fundamenta­lmente para protegerse de las causas judiciales que ensombrece­n su futuro. Su alusión al tema de los fueros exime de mayores comentario­s. Su soledad quedó subrayada cuando el jefe del bloque del peronismo, Miguel Angel Pichetto, se dedicó a refutar y dejar en evidencia las contradicc­iones de varias de las afirmacion­es de la ex presidenta. Desde lo político – que es lo trascenden­te–, quedó expuesta la importanci­a de la búsqueda de consensos como instrument­o de gobernabil­idad. Y esto es clave de cara al futuro de tolerancia y convivenci­a plural que reclama la solución de los graves problemas que enfrenta la Argentina. Producción periodísti­ca: Santiago Serra

 ?? DIBUJO: ??
DIBUJO:
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina