Volatilidad y un ritmo alto de emisión, el riesgo de la deuda
Hasta el Fondo Monetario Internacional terminó advirtiendo lo que varios economistas locales vienen diciendo: que el ritmo de endeudamiento es alto, aunque el ministro de Finanzas, Luis Caputo, asegure que es sustentable.
“Durante la conferencia de prensa tanto el ministro de Hacienda como el de Finanzas destacaron que el sendero gradual de reducción del déficit fiscal y el incremento del endeudamiento eran sostenibles. El gran problema es que los números mostrados parten de un supuesto muy fuerte: el pago de intereses de la deuda queda estable en torno de 2,1% del PBI durante los próximos años”, detalló el economista de Ecolatina Lorenzo Sigaut Gravina.
Para el año que comienza, Caputo señaló que la necesidad de financiamiento asciende a otros US$ 30 mil millones y que las tasas bajaron a 4,5% para las emisiones de deuda. “Estamos a doscientos puntos básicos de Perú o Colombia”, señaló sobre la brecha de tasa con sus referentes.
Esto permite mostrar que la meta de reducción de un punto del déficit primario nacional “equivale a la reducción de un punto porcentual del déficit financiero (que incluye intereses). Sin embargo, las cifras de 2017 muestran un incremento significativo del pago de intereses (superior al 80% interanual en moneda local) y el proyecto de Presupuesto 2018 elaborado por el Gobierno estipula que el peso del pago de los intereses de la deuda pública como porcen- taje del producto ascenderá a 2,3% el año que viene”, marca Sigaut Gravina sobre las inconsistencias.
Para el Fondo, la necesidad de bajar el déficit fiscal está relacionada con la disponibilidad de seguir endeudándose para financiarlo. En ese marco advierte que hay volatilidad en el futuro para la Argentina.
“Que le hayan prestado al Estado argentino entre US$ 30 mil y US$ 35 mil millones en 2016 y en el presente año para cubrir sus necesidades, no significa que el mundo financiero se chupe el dedo e ignore la situación en la cual nos encontramos. Sabe perfectamente bien cuál es nuestro talón de Aquiles y asume que el desastre de las cuentas públicas argentinas no habrá de componerse de un día para otro”, sostienen lapidarios los economistas Agustín Monteverde y Vicente Massot.
Para el economista Eduardo Fracchia de la Universidad Austral, en cambio, que se tome deuda a tasas bajas “es positivo”. “El uso en infraestructura y gasto social es genuino e interesante”, agregó.
Pese a las cr íticas, en la presentación de la nueva meta de inflación del 15% para el 2018, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que “la Argentina con este escenario macroeconómico, con esta situación fiscal, con una deuda pública que es sostenible, va a crecer al 3 y 1/2% por lo menos du ra nte los próximos años”. En el razonamiento final del Gobierno, esto implica un camino para reducción de la pobreza, con la premisa de que se cumpla la meta de inflación.