Jubilados desahuciados
Estévez desembarcó en el universo del jazz, y en 2017 se lanzó como solista con un exitoso show en el Teatro Sony. Ahora, en 2018, inaugura un nuevo ciclo de jazz, swing, blues y bossa, acompañada por Mariano Agustoni en piano, Ezequiel Dutil en contrabajo y Javier Martínez Vallejos en batería. En cada concierto propondrá un repertorio diferente y contará con un músico invitado sorpresa. Su banda, Estevez&Magic3, se presentará todos los sábados de enero en Bebop Club, Moreno 364, a las 21. Entradas por www.bebopclub.com.ar.
URUGUAYOS. A partir del viernes 5 de enero, cada fin de semana del mes se presentarán en Café Vinilo grandes artistas uruguayos. La programación reúne nombres célebres como Leo Los diputados y senadores, a quienes se les asigna una jubilación de privilegio y que hace unos días aprobaron en su mayoría la ley de reforma previsional para el resto de los mortales, para comprender el problema de subsistencia que tienen los ancianos que perciben una mísera jubilación, en lugar de leer discursos y estadísticas en el Congreso deberían haber visto Umberto D, la obra cumbre del neorrealismo italiano que filmó Vittorio De Sica en 1952.
La película se centra en el personaje de Umberto D. Ferrari, un jubilado que cobra la ínfima suma de 18 mil liras al mes y que no le alcanza ni para pagar el alquiler. Sin familiares ni amigos que puedan ayudarlo y solo con la compañía de un perro, es amenazado por la propietaria de la pensión donde vive con echarlo a menos que pague la renta atrasada, y es humillado por ella al alquilarle por horas su habitación a parejas cuando él no está. Umberto vende un reloj y unos libros, pero aun así no consigue reunir el dinero para que no lo desalojen. Desesperado, logra que lo internen en un hospital, donde al menos podrá resolver el problema de la comida por una semana, y cuando le dan el alta y vuelve a la pensión descubre que la dueña ha derribado una pared de su cuarto para remodelar la casa. Su angustiosa situación lo lleva a mendigar por la calle y luego a pensar en el suicidio. Trata de encontrar con quién dejar a su perro y al no lograrlo decide que el me- jor camino es morir los dos juntos atropellados por un tren.
Umberto D. tiene en común con dos películas que filmó De Sica en esos años ( Ladrones de bicicletas y Lustrabotas) el tema de la desesperación provocada por la miseria, pero es aun más conmovedora, porque aquí el protagonista es un anciano que trabajó toda su vida. El personaje protagónico lo interpreta Carlo Battisti, un profesor universitario que jamás había estudiado actuación, pero que logra transmitir una empatía como acaso no hubiera podido hacerlo un actor profesional. Si bien una película como ésta, sin estrellas en el reparto y que toca temas tan deprimentes como la vejez, la pobreza y la soledad, no fue un suceso de taquilla, permaneció como un clásico, especialmente porque el problema que planteaba aún no ha tenido solución.
La propuesta actual en la Argentina sugiere aplicar a los jubilados la “fórmula gatillo”. Algo que parece inspirado en Umberto D. Si a algún jubilado no le alcanza lo que se les ofrece, que se consiga un revólver y se suicide de un disparo. Así el problema de falta de dinero para pagar las jubilaciones en poco tiempo quedará solucionado.