Se abre otro eje de debate con el moyanismo por la intervención del SoMU
El Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) fue, hasta su caída en desgracia, el templo de Omar “Caballo” Suárez. Mientras el ex dirigente gremial busca postergar la audiencia que definiría su vuelta a la prisión, el sindicato es hoy objeto de una negociación fundamental entre el moyanismo y el Gobierno. Los candidatos apoyados por Pablo Moyano se llevaron la victoria en las elecciones de diciembre, que buscan normalizar la conducción tras casi dos años bajo el control de Trabajo.
Según afirmaron fuentes de la intervención, delegada por el juez Rodolfo Canicoba Corral en el Ministerio de Trabajo, la previsión es que la nueva conducción asuma una vez que concluya la feria en febrero. “La intervención elevó al ministerio las actas donde constan los resultados de la elección y la proclamación de los ganadores, el cese de la intervención la dispone el juez; suponemos que lo hará al finalizar la feria judicial”, explicaron.
Esta semana, el secretario general electo, Raúl “Ruly” Durdos, mantuvo una reunión con las autoridades del ministerio. Allí se acordaron los términos de la transición. En primer lugar, hubo un pedido para que sean apartados algunos de los funcionarios que más resquemor generan entre los afiliados que apoyaban a la lista vencedora. Entre ellos está Sergio Borsalino, el cuñado del ministro de Trabajo, Jorge Triaca (esposo de su hermana Verónica). A Borsalino se le adjudica un rol clave en la gestión de las cuentas del gremio a pesar de que no integra formalmente la intervención. Fuentes oficiales indicaron que “supervisó el proceso electoral y la implementación del voto por boleta única electrónica”. Negaron que haya sido desplazado y afirmaron que “colabora con la transición”.
Borsalino está contratado a través de un convenio de Trabajo con la Universidad de La Matanza. Este tipo de contrata- Suárez busca que la Cámara ratifique la domiciliaria. ciones habían sido muy criticadas cuando el actual gobierno estaba en la oposición. Sin embargo, han jugado un rol relevante en el SOMU, porque otro operador también trabaja bajo la misma figura: Alejandro “Serrucho” Gómez, una figura que “ayudó” para normalizar las seccionales y apuntaló la lista que llevaba el aval del Gobierno (y resultó derrotada). Gómez, como contó PERFIL, tiene frondosos antecedentes, enfrentó en el pasado causas por violación y extorsión.
La intervención ha sido objeto de denuncias por parte de ex aliados de Suárez, del propio Caballo y de ex integrantes de la gestión que dirige Trabajo. En el moyanismo no falta quién se ilusiona con encontrar información comprometedora sobre el ministerio o la actual senadora Gladys González, quien comandó los primeros tiempos de intervención. Las autoridades, en tanto, afirman que han rendido todas las cuentas y que elevarán un informe al juez.