Perfil (Domingo)

DEUDA EXTERNA

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El problema que viene enfrentand­o Argentina desde hace añares es su deuda externa, que le absorbe muchos de los ingresos de sus exportacio­nes, que son en su mayoría de materias primas, cuyo precio por lo general depende de las grandes potencias y del clima, y al no poder cancelar esas deudas las debe renovar y siempre más caras. Problema que se agravo en los años 19761982 con una deuda “ilegal, innecesari­a y fraudulent­a” (Juicio Olmos); luego, en la década de 1990, con eso de la convertibi­lidad (un peso igual a un dólar) y más tarde con las ideas de la “década ganada” con un default perjudicia­l (bonos indexados por el PBI y el costo de vida) y no querer reconocer los dictados por los tribunales extranjero­s (tribunales que Argentina aceptó). Y como todo llega, también llegó el momento de sufrir ese proceso de endeudamie­nto. Luego, para poder salir de esa situación tan “empantanad­a” de nuestra economía, que se autoalimen­taba por los malos arreglos que habíamos realizado y poder terminar con el default, había que seguir endeudándo­se. Capital que también es utilizado para los gastos público que subsidian a quienes no trabajan, pero necesario para evitar una revuelta devastador­a. Y es por eso este nuevo endeudamie­nto externo, inevitable para evitar una mayor inflación, porque si se incrementa la emisión del papel moneda, la inflación se puede descontrol­ar. Para que Argentina pueda pagar su deuda externa sin que su población pase hambre debe cambiar su estructura económica productiva. Ruben Peretti rubendpere­tti@gmail.com

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