Lograron cambiar sus vidas gracias a la tecnología y hoy motivan a otros jóvenes
Gino tubaro, María Vallejos y Daniel simons crearon proyectos tech exitosos, ahora capacitan a otros adolescentes para que desarrollen más ideas innovadoras.
Desde hace tiempo se repite que la tecnología está cambiando la manera de trabajar, de jugar y de relacionarnos. Pero en algunos casos, esta posibilidad va todavía más allá y permite dar un giro –literalmente– en la vida de algunas personas. Eso es lo que les pasó a los jóvenes innovadores María Vallejos, Daniel Simons y Gino Tubaro.
Tras encarar con éxito proyectos tech, hoy tratan de motivar a otros adolescentes para que desarrollen su potencial, y así lo hicieron durante el ciclo de charlas Historias que Inspiran, convocado por la Municipalidad de San Martín junto al equipo de responsabilidad social del Grupo Telecom.
María Vallejos, de 21 años, es mamá de dos nenas. Al cumplir 18, y mientras vivía en la Villa 1-11-14, encontró un folleto en el que se ofrecía un curso gratuito para convertirse en tester. “Era para aprender a probar aplicaciones y programas antes de que fueran lanzados al mercado. En aquel momento yo no sabía diferenciar las palabras hardware de software”. Pero hizo el curso y –por su enorme carisma– un profesor le aseguró que tenía potencial, si se dedicaba a esto “con ganas”. Lo hizo, y a los pocos meses empezó a trabajar en una compañía de programación como “testeadora”.
“Le puse mucho entusiasmo y dedicación. Pero lo que más me costó fue superar mis propias dudas internas, que me llevaban a decirme que esto no era para mí”, recordó. A partir de allí las cosas se aceleraron: en un par de meses la nombraron líder del equipo de testeo. Y a los seis meses la pasaron a manager de diversos desarrollos de la compañía. “A los 19, sin ningún estudio, tenía a mi cargo la capacitación de cien personas”, recordó divertida con una sonrisa. Ejemplos. Daniel Simons, de 24 años, habla serio y pausadamente. Cuenta que acaba de regresar de una gira por Alemania, donde tuvo más de treinta reuniones con posibles inversores para que su videojuego Bildo se expanda hacia el mundo de los libros y las series de TV en un formato de saga inspiradora al estilo El Señor de los Anillos. Lejos del prototipo de CEO de una startup, Daniel creció en una villa del Bajo Flores, cuidando a sus hermanos mientras su papá trabajaba doble turno y su mamá padecía una larga depresión que terminó en suicidio. En ese espacio, el gran escape de Daniel y sus hermanos eran los videojuegos. “Un día me dieron un CD con un programita que servía para armar videojuegos muy simples. Y los hice para mis hermanos”. De su historia personal y de su mente indómita nació Bildo, “un juego que es una especie de metáfora de lo que pasa en mi vida: cuenta la historia de un personaje que, al ver que su mundo está triste, va en busca de colores para devolverle la felicidad a su planeta”.
Hoy Daniel maneja una empresa virtual e innovadora, en la que trabajan 17 personas, y está por lanzar un libro basado en el juego. “Es el primero de otros pasos para hacer que este proyecto sea realmente transmedia”, compartió.
La tercera historia que emocionó a los jóvenes fue la de Gino Tubaro, de 22 año, hoy estudiante de ingeniería y creador de Atomic Lab, un proyecto solidario que ya imprimió y entregó 700 prótesis a chicos que tuvieron un accidente o nacieron con alguna malformación. Esas manos impresas a medida, con plástico y cariño, ayudan a que cientos de chicos con problemas se sientan superhéroes. Las distribuye en forma estrictamente gratuita, mediante una larga lista que no para de crecer.
“El proyecto y nuestras ganas de crear cosas se deben a que somos chicos y creemos que podemos cambiar el mundo. Sabemos que somos unos locos dementes, y creemos que podemos transmitir ese ejemplo a un montón de gente”, concluyó.
“tenemos ganas de crear cosas porque creemos poder transformar el mundo.”