El fin del sueño americano
La vida contemporánea, a la luz de la historia y de la mitología, ya estaba presente en por lo menos una obra de Salman Rushdie (Bombay, 1947): Dos años, ocho meses y veintiocho noches. También el retrato realista de la ciudad de Nueva York, con una cuota de magia y fantasía que lo emparenta, salvando las distancias, con Gabriel García Márquez. Ahora es el turno de un thriller satírico ambientado en el marco de una sociedad americana durante los años que mediaron entre la llegada de Obama y la irrupción de Trump. En un juego de espejos, las falsedades, la i ntolerancia y la vulgaridad de este “payaso” reinante tienen su correlato en la Casa Dorada ( The Golden House es el título original), en la que se instala una extravagante familia llegada de la India.
Pero, ¿de qué escapan realmente Nerón Golden y sus hijos? Esta pregunta alienta a René Unterlinden, un joven publicista que aspira a convertirse en cineasta. Vecino de los recién llegados, será testigo de sus vidas con el objetivo de realizar un documental. La curiosidad inicial dejará paso a un entramado en el que se verá inmerso hasta límites insospechados. En ese camino en busca de una verdad que lo hará libre y lo convertirá en hombre, el narrador aporta ricas (aunque a veces tediosas por lo abundantes y extensas) referencias a la cinematografía: un Vila-Matas indio o el propio Rushdie en su libro anterior ya citado, con respecto a la literatura.
Como en toda crónica actual que se precie, no faltan intrigas mafiosas (Al Capone es citado con frecuencia), veladas rutilantes, corrupción (ahí está El Gran Gatsby, claro), infidelidades, violencia, fuego y tragedia, pero lo que subyace es la pregunta sobre la identidad. De una manera u otra, todos buscan (excepto la inescrupulosa Vasilisa) transformarse. Pagarán su precio, pero no pueden cargar con los secretos del pasado. En este sentido, los pasajes más logrados en términos de sensibilidad son los que corresponden a D Golden, uno de los atribulados hijos, el “afeminado”, que no encaja en los géneros establecidos, y que al cabo de recurrir a la ayuda profesional termina por preguntarse: “¿Qué pasa si esto es cuestión no de elegir sino de descubrir, de averiguar quién he sido siempre, no de elegir un sabor del escaparate de los helados de género?”. Y también en las cartas de renuncia al Museo de la Identidad de la buena de Riya que imagina el narrador, en contraposición con la convencional que redacta la propia Riya, y cuyo atractivo reside en el trabajo de ficción (como si todo no lo fuera) que lleva a cabo René en muchos pasajes de esta historia, contada a modo de guión.
Novela donde la reflexión filosófica alcanza cumbres de un escritor digno del Premio Nobel (también por su potencia narrativa y ese ácido sentido del humor británico), y antes que nada política, La decadencia de Nerón Golden pone en tela de juicio –como suele hacer también con notable maestría Joyce Carol Oates– a una sociedad que parece haber perdido su identidad, al punto irremediable de apoyar y elegir para ocupar el trono a un tipo “cínica y completamente loco” por serlo, no a pesar de ello: “Los ame-
La decadencia de Nerón Golden pone en tela de juicio –como suele hacer también con maestría Joyce Carol Oates– a una sociedad que parece haber perdido su identidad
ricanos decidían constantemente quiénes querían ser, abandonados sus orígenes como Gatz para convertirse en pudientes Gatsbys y perseguir unos sueños llamados Daisy o quizá simplemente América”. Es que, como apunta un prodigio de los videojuegos como lo es Petya, otro de los hijos, el problema es siempre humano y desata las peores facetas de su naturaleza. El autor del ya famoso (y condenado) Los versos satáni
cos pone en boca de René algo que el padre le decía a este: “Lo único que justifica el privilegio es hacer algo útil con él”. El escritor indio, abanderado en la lucha por la libertad de expresión, vuelve a dar fe de que sabe bien qué hacer con su privilegiado talento.
RUSHDIE. Nació en Bombay en junio de 1947, dos meses antes de que la India se independizase de Gran Bretaña.