The Spectator
Si hay una lección que el mundo debería haber aprendido de la Revolución Verde de Irán de 2009 y la Primavera Arabe es ésta: los peores regímenes se quedan. Los gobernantes mediocremente atroces pueden ser derrocados por levantamientos. Aquellos dispuestos a matar a sus compatriotas se quedan. En 2018, Bashar al-Assad todavía es presidente de Siria, y los mulás de Irán llevan cuarenta años en el poder.
La rebelión iraní