Perfil (Domingo)

Las denuncias por abusos en la iglesia amenazan la visita del papa a chile

refuerzan la seguridad por las amenazas contra el Papa

- LEANDRO DARIO

eXTreman meDIDas

El papa Francisco percibirá mañana un clima enrarecido en Chile. Si bien habrá miles de católicos saludando el paso de su automóvil, su visita no será bienvenida por todos, particular­mente por las organizaci­ones de víctimas de abusos sexuales. Ellas aprovechar­án su periplo para denunciar el encubrimie­nto de la Iglesia al sacerdote pedófilo Fernando Karadima, suspendido de por vida por el Vaticano en 2011, y a sus colaborado­res, al tiempo que pedirán una reunión con el Sumo Pontífice, que hasta el momento no está en agenda.

La ola de denuncias contra religiosos trasandino­s es la piedra en el zapato que puede complicar su visita a Chile, epicentro de uno de los escándalos más resonados de América Latina. Allí, un grupo de víctimas denunciaro­n a Karadima, influyente párroco de la iglesia El Bosque, en Santiago de Chile, con aceitados contactos en el poder durante la dictadura. La Justicia acreditó la comisión de abusos sexuales, pero la causa prescribió, por lo que quedó en libertad.

Pero su caso dejó un tendal de apuntados de su entorno, entre ellos el obispo de Osorno, Juan Barros, promovido a ese cargo en 2015 por Francisco. Pese a que no fue condenado judicialme­nte, las víctimas lo acusaron de conocer qué sucedía en la parroquia. “Jamás tuve conocimien­to ni imaginé nunca de aquellos graves abusos que este sacerdote cometía con sus víctimas. No he aprobado ni participad­o en esos hechos”, se defendió Barros.

Jorge Bergoglio nunca le soltó la mano. Por el contrario, lo defendió en la Plaza de San Pedro, en un diálogo informal con feligreses. “No se dejen llevar de las narices por todos los zurdos que armaron esa cosa”, aseguró por ese entonces. Víctima. James Hamilton fue uno de los tres denunciant­es de Karadima. Fue desacredit­ado por el entorno del sacerdote, su intimidad fue filtrada a la prensa y su vida cambió radicalmen­te desde que se animó a hablar. “Le solicitamo­s una reunión a través de Juan Carlos Cruz, otra de las víctimas. Nos contestaro­n

Llega el lunes a Santiago de Chile.

El martes se reunirá con la presidenta Michelle Bachelet y oficiará una misa en el Parque O’Higgins.

El miércoles viajará a La Araucanía, donde se reunirá con miembros de la comunidad mapuche.

El jueves visitará Iquique, donde oficiará su última misa en territorio trasandino. Por la noche, viajará a Lima.

El viernes dialogará con el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski. Luego, viajará al Amazonas, donde se reunirá con comunidade­s indígenas.

El domingo concluirá su gira y regresará a Roma. OSORNO. La ciudad está en pie de guerra contra el obispo Juan Barros, ex discípulo de Karadima.

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que no había espacio en la agenda del Papa. Extraofici­almente supimos que para él era un disgusto encontrars­e con nosotros”, confió a PERFIL desde Santiago de Chile. El jesuita Felipe Berríos, uno de los sacerdotes más populares del país, le pidió un “gesto” a Francisco. “Espero que quienes están organizand­o la visita le hayan dicho que la figura de Barros quedó como un símbolo en Chile de la impunidad y de la Iglesia prepotente, elitista y abusadora”, dijo a El País.

Una plaga. El grupo Bishop Accountabi­lity, con sede en Estados Unidos, lanzó esta semana el primer banco de datos sobre los clérigos chilenos denunciado­s por abuso sexual. Según la organizaci­ón, 79 sacerdotes, diáconos, hermanos religiosos y una monja fueron condenados por la Justicia. Anne Barrett-Doyle, fundadora de la ONG, dijo que lanzaron el sitio en los días previos a la visita de Francisco, “con la esperanza de que alguno de sus asistentes le haga ver que no ha cumplido con su promesa de ‘tolerancia cero’” contra los abusos.

Protestas. La reacción de víctimas chilenas cobró fuerza luego del funeral del ex arzobispo de Boston, Bernard Law, en la Basílica San Pedro. En esa oportunida­d, el Sumo Pontífice ofreció su bendición a quien fue inculpado de ocultar y proteger una serie de abusos sexuales a niños ocurridos en su arquidióce­sis entre 1984 y 2002, denunciado­s en la película ganadora del Oscar, Spotlight.

El gobierno de Michelle Bachelet y la Iglesia temen que haya protestas durante la visita de Bergoglio, que culminará el jueves, cuando viaje hacia Lima. “No creo que las protestas tengan mucho impacto. Creo que, respecto a la visita de Juan Pablo II en 1987, va a ir menos gente a las misas, pero también que las protestas no serán masivas”, opinó Patricio Navia, profesor de la Universida­d Diego Portales y de la New York University.

Las víctimas, sin embargo, organizará­n un seminario para denunciar los casos de abusos, que podría empañar la agenda papal. “A Francisco le pediría que no hable más, que sus palabras ya sobran. Le pediría solo obras, que serían las que haría Jesucristo”, agregó a este diario Hamilton. n

“A Francisco le diría que no hable más. Le pediría solo obras”, dijo una de las víctimas

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FOTOS: AFP Y AP
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JUSTICIA. Hay 79 religiosos chilenos condenados por la Justicia. El caso paradigmát­ico es el de Karadima, suspendido por el Vaticano en 2011.

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