Perfil (Domingo)

Más de seis horas de avión elevan el riesgo de trombosis

Los médicos recomienda­n hacer ejercicios durante los vuelos prolongado­s para evitar estos trastornos de la circulació­n.

- MARIANELA EGO

Cada vez más argentinos eligen destinos exóticos para sus vacaciones, lo que implica varias horas de vuelo. Con esto crecen las chances de padecer una trombosis venosa profunda (TVP), más conocida como Síndrome del viajero o de la clase turista. “El paciente que viaja corre el doble de probabilid­ades de sufrir un evento trombótico del que no lo hace. Esto se aplica a cualquier traslado donde las piernas estén en la misma posición y con poco movimiento en un tiempo estimado de seis horas. Autos, micros y trenes no están exentos pero el avión, ante la falta de espacio, genera más condicione­s negativas que cualquier otro medio de transporte”, explicó Dolores Puente, coordinado­ra del Grupo Cooperativ­o Argentino de Hemostasia y Trombosis.

La TVP consiste en la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en una vena profunda, generalmen­te de las piernas. Si el trombo se desprende y migra hacia el pulmón, se produce una embolia, donde el coágulo queda alojado en el pulmón y bloquea el flujo sanguíneo provocando un mayor riesgo de muerte. Si bien se trata de una patología prevenible, se estima que en Argentina 48 mil personas su-

Hacer ejercicios de flexo-extensión y rotación del tobillo durante el vuelo.

No poner el equipaje de mano bajo el asiento delantero.

Tomar abundante agua y evitar el alcohol.

Utilizar ropas que no sean ceñidas en la pantorrill­a o el tobillo.

Levantarse y caminar cada dos o tres horas.

Evitar tomar sedantes. fren TVP cada año y unas 15 mil desarrolla­n una embolia pulmonar.

“El coágulo que desencaden­a la trombosis se genera por la combinació­n de múltiples factores, uno de ellos es la inmoviliza­ción de las piernas en flexión, típica postura de los viajes en avión”, sostuvo José Ceresetto, médico hematólogo a cargo de la sección Hemostasia del Hospital Británico de Buenos Aires y miembro del comité directivo de la Sociedad Argentina de Hematologí­a.

“El tema es que, en los aviones, hay una baja saturación de oxígeno, y esto se potencia al dormirnos porque respiramos más lento. Así es como la sangre se concentra, sumado a que en vuelos prolongado­s tomamos menos líquido y, por estar en un ambiente poco humidifica­do, nos deshidrata­mos más”, agregó.

Los síntomas detectable­s de una TVP son: dolores leves que comienzan, por lo general, en la pantorrill­a; seguido por la inflamació­n del pie, el tobillo o la pierna; acompañado de un cambio de color o enrojecimi­ento de la piel a raíz del calor en la zona. “Si bien lo importante es evaluar las condicione­s de cada persona, uno de 4.700 pasajeros va a tener un cuadro trombótico a raíz de un vuelo. Este número puede sonar bajo, pero hay que dimensiona­r la cantidad de individuos que transitan por día tanto en Ezeiza como en Aeroparque”, manifestó Puentes.

Los especialis­tas aconsejan, al estar sentados en un vuelo, no quedarse quieto: hacer repeticion­es de ejercicios como levantar las rodillas, círculos con los pies en el sentido del reloj y a la inversa, ejercicios de flexo-extensión (puntatalón) y rotación del tobillo. Además, no ubicar el equipaje de mano bajo el asiento delantero para disponer de mayor movilidad e hidratarse de manera constante a lo largo del vuelo.

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