Perfil (Domingo)

Bronceado light: disfrutan el sol pero eligen no tomar color

Cada vez más mujeres defienden pasar el día en la playa, pero volverse “blancas”. No sólo buscan cuidar la piel: “Es una elección estética”, dicen.

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“Ya fue”, coinciden. “Da años 90, no se usa en ningún lugar de mundo, pero a los argentinos todavía les gusta”, agregan. Estar bronceado al extremo –casi “quemado”– es una tendencia que se ve cada vez menos pero que, en las playas que se llenan de argentinos, todavía se detecta (ver aparte).

En los últimos años, en cambio –y no sólo por una cuestión de cuidado, sino también por una preferenci­a estética– cada vez más mujeres –pocos hombres admitieron preocupars­e por esa situación– que eligen pasar el verano en la arena admiten que disfrutan del sol pero que prefieren volverse casi sin tomar color. Entre las razones que argumentan no sólo está el tema de las arrugas y el peligro que conlleva la exposición prolongada a los rayos ultraviole­tas. También dicen que “no les divierte”, prefieren pasar el día vestidas leyendo debajo de una sombrilla o haciendo otras actividade­s más que estar “tirada tipo lagarto sudando bajo el sol”.

L a tendencia se impone también entre las famosas, con algunas actrices y modelos de Hollywood como sus máximos exponentes. Entre las locales sobresale, entre otras, la modelo y actriz Ingrid Grudke (41), que dice que “el secreto de la belleza está en la piel. Creo que tener una piel saludable, luminosa, sana, hace la diferencia”, y que “no importa el tono, hay que cuidarla mucho del sol. Yo soy muy blanca. Me cuido hace muchos años, no sólo por mi profesión, no me gusta tener marcas ni que se pele o se manche, pero también creo que hay más conciencia y que ya no se usa broncearse tanto. No es estético”, agrega.

Lo mismo sostiene la cosmetólog­a y esteticist­a X imena Pellegrine­lli (43), que desde los 14 se cuida la piel de los bronceados extremos. “Tomo sol con protector solar 30, a partir de las 15 y sólo 45 minutos por lado por día, aunque pase todo el resto de la jornada en la playa. Pongo el temporizad­or del celular para que me avise”, cuenta quien elige todos los años pasar la segunda quincena de enero en Mar del Plata.

El bronceado light, sin embargo, no tiene que ver con una cuestión de edad. Para las primas Pilar (21) y Camila Faccio (18), que veranean juntas en Pinamar, como mejor la pasan en la arena es “en actividad”.

“Hace bastante que me cuido del sol, desde chica, porque tengo la piel sensible. Mi mamá me ponía protector y

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