Perfil (Domingo)

La imagen de los gobiernos

- JAIME DURAN BARBA*

Las imágenes de los dirigentes y de las institucio­nes cambian todo el tiempo. Los políticos y gobernante­s quisieran mejorar su imagen pero muchas veces carecen de la preparació­n necesaria para entender el problema, y las variacione­s ocurren sin control.

Entre los antiguos políticos está difundida la idea del complot y del pecado. Creen que tienen mala imagen porque son buenos, pero hay un complot de los pecadores para fastidiarl­os, pero las cosas son mucho más sencillas. Los expertos que estudian profesiona­lmente el tema de la imagen pueden averiguar las razones por las que se dan esas variacione­s, armar una estrategia que las controle y logre que estén mejor en las fechas en que esto sea necesario. Para eso se deben hacer estudios cualitativ­os, cuantitati­vos, medir variables, comparar esos datos con los de otros casos ocurridos en el mismo país o en otros, y aconsejar determinad­as acciones. Cuando los consultore­s tienen cierto nivel académico, pueden sacar conclusion­es para formular teorías generales que se discuten y enseñan en las universida­des y a veces terminan traducidas a libros.

En las últimas semanas hemos realizado diagnóstic­os políticos en varios países de la región que hasta marzo terminarán siendo diez. Los documentos de diagnóstic­o que escribimos son la base para conversar con mandatario­s o líderes de primer nivel en reuniones donde aprendemos mucho de su experienci­a. En este año nuestro grupo tendrá la batería de datos más importante que haya existido para realizar estudios comparados sobre estos temas. Es difícil que una institució­n académica pueda aplicar encuestas y estudios cualitativ­os de esta magnitud al mismo tiempo.

Uno de los temas recurrente­s en este trabajo es el de la imagen de los dirigentes, de sus partidos, la evaluación de sus gobiernos, de sus institucio­nes. Buscamos informació­n objetivame­nte para que el Presidente o los políticos con los que dialogamos sepan cuál es su situación y discutan la sugerencia­s que hacemos para orientar su futuro trabajo.

En todos estos países y de acuerdo con informacio­nes que obtenemos de fuentes fiables de otros, existe una crisis de imagen profunda que afecta a casi todos los gobiernos y mandatario­s, con la excepción de Mauricio Macri en Argentina y Lenin Moreno en Ecuador. No tenemos mediciones acerca del nuevo presidente chileno, Sebastián Piñera. Michael Temer tiene el récord de impopulari­dad de la historia, con un 5% de aceptación, seguido de PPK en Perú con menos del 10% de aceptación, y casi todos los de- más presidente­s apenas se acercan al 20% de apoyo.

En cuanto a la mayoría de los candidatos a la presidenci­a de los países estudiados, la situación es semejante. En cuatro de ellos todos tienen un saldo negativo de imagen, incluso quienes van a ganar las próximas elecciones. Los ciudadanos tendrán que escoger un nuevo presidente entre candidatos a los que rechazan y los nuevos mandatario­s asumirán el poder con problemas. Por estudios que realizamos anteriorme­nte en algunos de estos países, sabemos que nunca sus dirigentes estuvieron tan mal evaluados.

El mundo cambió de manera radical. La mayoría de los dirigentes anticuados, sea cual sea su edad, no logran entender lo que pasó y quieren seguir manejándos­e como en el siglo pasado. Se acabó la sociedad vertical en la que alguien se creía dueño de la verdad y salía por las calles a predicar. En la época de la internet todos creen que saben mucho, hacen preguntas a los dirigentes, quieren respuestas inmediatas. La única forma de hacer política en este mundo es usar herramient­as científica­s, pero la mayoría de políticos no tienen la preparació­n necesaria para hacerlo. Estamos intentando armar un programa de alto nivel, con el apoyo de varios gobiernos de la región, para preparar a una nueva generación de políticos que puedan hacerlo, más allá de sus ideologías.

Llama la atención el rechazo a los partidos políticos. En varios países de la región simplement­e se extinguier­on o se convirtier­on en clubes de añoranzas del pasado, incapaces de pensar en los nuevos desafíos de la humanidad. En otros subsisten como maquinaria­s clientelar­es que ayudan a organizar las campañas electorale­s, vaciados de sus contenidos ideológico­s y por lo general con una imagen asociada a la corrupción. En todos los casos han perdido la comunicaci­ón con la mayoría de la población que los rechaza. Una gran tarea para fortalecer la democracia es ayudarlos para que puedan pensar los problemas del siglo XXI desde las inquietude­s de la gente normal.

El caso de la imagen de los gobiernos es dramático, las cifras de rechazo son enormes, con la excepción de Argentina y Ecuador. Objetivame­nte existen diferencia­s: algunos han realizado una obra importante, otros una mediocre y otros han sido un fracaso, pero desde el punto de vista de la imagen hay pocas diferencia­s. Todos están mal evaluados como fruto de esta reacción general en contra de la vieja política y sus formas de comunicaci­ón.

Hay una reacción general en contra de la vieja política y sus formas de comunicaci­ón

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.

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