La condena a lula despeja el panorama electoral en Brasil
El probable veto a su candidatura ordena los planes de los demás presidenciables para los comicios de este año. Ganadores y perdedores tras una sentencia explosiva.
Tras conocerse esta semana el fallo que inhabilitaría la candidatura presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso evaluó que “el juego empieza ahora”. Cardoso no descubrió la pólvora: todas las fuerzas políticas esperaban esta sentencia judicial para delinear sus planes hacia los comicios de octubre. El casi seguro veto a Lula empieza a ordenar el panorama electoral y deja, a priori, ganadores y perdedores entre los presidenciables brasileños. 1. Marina Silva. Es la única candidata mujer de peso y una de las pocas dirigentes que no se vieron manchadas por la Operación Lava Jato. Según el último sondeo de Datafolha, hecho en diciembre, Silva (Rede) es quien más competitividad individual ganaría para la primera vuelta con Lula vetado. Sin embargo, sobre ella aún pesa el recuerdo de las elecciones de 2014, cuando el anunciado “huracán Marina” terminó desdi- bujándose por la polarización entre el PT de Dilma Rousseff y el centroderecha tradicional. 2. Jair Bolsonaro. El diputado y ex militar parece ser uno de los más perjudicados por la caída en desgracia de Lula. Al revés que la moderada Silva, el ultraderechista Bolsonaro (PSC) se mueve como pez en el agua en un escenario de extrema polarización, que ahora se verá suavizado por la ausencia de Lula. Si se consolida la tendencia hacia el centro político, Bolsonaro perderá capacidad de fuego. Además, es quien comparte menos potenciales electores con Lula, y corre en desventaja frente a la maquinaria electoral de los grandes partidos. 3. Jaques Wagner. Aunque públicamente insiste en que llevará la candidatura de Lula hasta las últimas consecuencias, el PT deja trascender en la prensa brasileña que ya baraja otros nombres para octubre. Uno de ellos es el de Wagner, ex gobernador del estado de Bahía y principal aliado de Lula en el norte pobre del país, gran bastión petista. Pero el propio Wagner no se muestra muy entusiasmado con la posibilidad y, según la prensa brasileña, prefiere las certezas de la política estadual que saltar a la difícil escena nacional. Su mayor problema para sustituir a Lula es obvio: Wagner no es Lula. 4. Fernando Haddad. El ex alcalde de San Pablo es el segundo nombre que suena como posible candidato propio del PT, que necesita competir en las elecciones incluso a riesgo de perder. El partido necesita un caudal de votos suficiente como para no sufrir una sangría mayúscula en su actual base parlamentaria. Al igual que Wagner, Haddad está lejísimos de la estatura política de Lula. Pero su perfil moderado y su gestión en un distrito como San Pablo al menos servirían para acompañar
la tendencia electoral hacia el centro. 5. Geraldo Alckmin. Pese a que no logra despegar en los sondeos, el gobernador del estado de San Pablo se mantiene como el candidato natural del PSDB, la principal expresión partidaria de la centroderecha tradicional. La inhabilitación de Lula beneficia a ese espacio político, que se asegurará un lugar en el ballottage si consigue forjar una candidatura de unidad. Sin Lula, sus chances en el segundo turno serían mucho mayores. Y más aún en el caso del PSDB, un partido con un dispositivo nacional bien montado y con ventajas en cuanto a fondos, control territorial y presencia mediática. La estr uctura partidaria podría compensar la impopularidad de Alckmin. 6. Henrique Meirelles. El actual ministro de Hacienda (y ex presidente del Banco Central bajo la gestión Lula) es el presidenciable favorito de los mercados financieros. Hombre clave de las reformas económicas emprendidas por el gobierno de Michel Temer, Meirelles aún no se lanzó formalmente como candidato. Le juegan en contra su bajo carisma y su alto nivel de desconocimiento entre la población. Aunque eso podría saldarse si la coalición gubernamental se alineara detrás de una candidatura única y pusiera sus recursos al servicio de esta. Las chances de Meirelles dependerán en buena medida de cómo le vaya a la economía en los meses venideros. 7. João Doria. El actual alcalde de la ciudad de San Pablo es otra de las opciones tucanas en carpeta. Sin embargo, en los últimos meses, la precandidatura de Doria quedó rezagada frente a la de Alckmin, su padrino político. Alckmin, a la sazón presidente nacional del PSDB, fijó para el próximo 4 de marzo las primarias para elegir al candidato presidencial del partido. Doria ha dicho que no participará porque prefiere concentrarse en disputar el gobierno de San Pablo, aunque en círculos políticos aún no lo descartan para competir por el Planalto. 8. Ciro Gomes. Según la última encuesta de Datafolha, Gomes (PDT), candidato de la izquierda “extra PT”, es quien más crece proporcionalmente en la intención de voto para la primera vuelta con el veto a Lula. Ciro sueña con heredar suficientes votos lulistas como para entrar en el ballottage, aunque para eso necesitaría un apoyo explícito del PT desde el inicio de la campaña, algo que hoy parece poco probable. 9. Luciano Huck. Si el conductor televisivo finalmente decidiera lanzarse a la carrera presidencial, su participación en la campaña podría resultar disruptiva. La aparición de un outsider con alto grado de conocimiento popular podría conquistar una porción del voto antiestablishment que hoy está huérfana, e incluso captar una parte de los votos lulistas. Huck es uno de los personajes más populares de Brasil. No por nada FHC, amigo de su familia, deslizó días atrás que “Luciano aún no se bajó”. Su mayor desventaja: no tiene ninguna experiencia política. 10. Lula da Silva. Sea o no candidato, su figura marcará la campaña: Lula no deja de ser el hombre del momento.
“El juego empieza ahora”, dijo el ex presidente Cardoso tras conocerse el fallo