Casi cien muertos en un ataque en Kabul
La explosión de una ambulancia bomba en Kabul –reivindicada por los talibanes– causó ayer casi 100 muertos y 158 heridos, sembrando pánico y terror en un barrio muy concurrido de la capital afgana.
Se trata del segundo atentado grave de los talibanes en Kabul en apenas una semana, tras el ataque de 17 horas con- tra el hotel Intercontinental, en el que murieron al menos veinte personas. Crimen. “Ahora el balance es de 95 muertos y 158 heridos”, dijo el portavoz del Ministerio de Salud, Waheed Majroh, horas después del ataque. Poco antes, el director de Comunicación del gobierno, Baryalai Hilali, había advertido que la cifra de víctimas fatales puede aumentar porque hay heridos “en estado crítico”.
En un comunicado, la presidencia afgana calificó el ataque como un “crimen contra la humanidad”.
Según el Ministerio del Interior, “cuatro sospechosos fueron detenidos en el marco de la investigación” sobre este atentado, el más mortífero desde la explosión de un coche bomba en mayo, que causó 150 muertos y 400 heridos.
Los hospitales estaban desbordados y enviaban a los pacientes de un establecimiento a otro. En el de Emergency, una ONG italiana, dijeron haber recibido 163 heridos (contabilizados en el ba la nce of icia l), por lo que se vieron obligados a instalar colchones en el suelo de las salas. Reivindicación. El ataque tuvo lugar cerca de las 13, hora local, en la céntrica calle de Shar e Nau, repleta de comercios y edificios del gobierno. Además de la delegación de la Unión Europea, allí se ubican varias embajadas –entre ellas las de Suecia, India e Indonesia– y el antiguo Ministerio del Interior, que todavía se sigue usando parcialmente. El atentado fue reivindicado por el portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, en WhatsApp: “Un mártir hizo estallar su coche bomba cerca del Ministerio del Interior, donde había numerosas fuerzas policiales”, escribió.
Según explicó un portavoz de dicho ministerio, el terrorista suicida conducía una ambulancia cargada de explosivos. Pasó el primer puesto de control, pero en el segundo fue interceptado, por lo que activó la carga.
El gobierno sospecha de la red terrorista Haqqani, cercana a los talibanes e instalada en la frontera paquistaní.
La explosión fue de tal potencia que sacudió a toda la capital. Los vidrios de Chicken Street, la calle de los anticuarios, a unos cientos de metros, volaron en mil pedazos, así como los de todos los barrios a cientos de metros a la redonda.