Para las empresas de colectivos, el ‘pasaje técnico’ sale más de $ 20
Las cámaras que nuclean a las líneas denuncian que están en una situación crítica. Cruces por los costos de la operación.
El aumento del pasaje en colectivo de $ 6 a $ 8 que empezó a regir esta semana en Capital Federal y el Gran Buenos Aires no dibujó una sonrisa en el universo de empresas de transporte automotor, donde apuntan que no recibirán “ni un peso más que antes” y remarcan que la “tarifa técnica” que surge de dividir el costo total de la operación por la cantidad de pasajeros es de $ 20,41.
El Gobierno aumentó 30% el mínimo para viajar en colectivo y planea llevarlo a $ 10 hacia junio, un valor que golpea el bolsillo de los usuarios de la zona metropolitana pero que aún se ubica por debajo de los $ 17 que se pagan en Bahía Blanca, los $ 15 que sale en Córdoba y los $ 13 que cuesta en Rosario. Pero esa situación no fue festejada por las empresas de colectivos, que desde hace tiempo vienen atravesando, aseguran en la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta), una situación al límite que incluso les impide en algunos casos pagar las cargas patronales y deben entrar en refinanciaciones con la AFIP.
Antes de 2001, en la Ciudad y el GBA los colectivos no tenían subsidios
Por eso, hace poco tiempo encargaron a la consultora Abeceb un trabajo sobre los costos del sector, que arrojó que la tarifa técnica debería ser de $ 20,41. “Lo que se cubra con tarifa o con subsidios luego lo decide el Estado”, explican en el sector, que tiene múltiples sellos de cámaras sectoriales.
El Ministerio de Transporte les reconoce menos costos de los que pretenden y sitúa ese valor técnico en $ 17, de los que ahora cubre un poco más el precio del boleto y el resto llega vía subsidios, ya sea mediante el sistema SUBE o subvención al gasoil. Aproximadamente el Estado volcaría este año unos $ 30 mil millones en subsidios, un número similar al de 2017, lo que le permitiría reducir la partida en términos reales. A ese monto hay que añadirle el aumento salarial, que es cubierto en un 100% por el Estado, que de hecho es el que negocia la paritaria con la Unión Tranviario Automotor y que luego es refrendada por las empresas. Marco. Los 18 mil colectivos que surcan la zona metropolitana funcionaban sin subsidios hasta la crisis de 2001, cuando luego el Estado empezó a costear parte de la operación para evitar un salto en los pasajes. Desde entonces se calculaban los costos, se les restaba la tarifa y el resto lo ponía el Estado.
Con la asunción de Mauricio Macri, el Ministerio de Transporte revisó a la baja los costos que aducían las empresas. Por ejemplo, el valor de un colectivo, que para las firmas está en cerca de $ 3 millones, para el Gobierno no vale más de $ 2,1 millones. A partir de ahí, denuncian, todos los costos quedan subvalorados, se giran menos subsidios y se les afecta la operación y el servicio. Solo el 40% de las unidades hoy tiene aire acondicionado. En las últimas semanas, desde Transporte trataron de calmar a las cámaras del sector. Les permitirían usar como crédito fiscal unos $ 3.300 millones de IVA que hasta ahora no pueden desgravar.
En la zona metropolitana hay unos 18 mil colectivos.
Viajan 12 millones personas por día, y el 100% usa la tarjeta SUBE.
Según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta), la operación del servicio costó en 2017 unos 54 mil millones de pesos.
El Estado gira en subsidios al transporte automotor de AMBA unos $ 30 mil millones que incluyen el boleto y pagos por el gasoil.
De esa manera, y con la suba del colectivo que llegaría a $ 10 en junio, el Gobierno mantendría en términos nominales el mismo monto de subsidios que en 2017.
Las empresas de colectivos denuncian una situación crítica y que dejan de pagar cargas patronales a la AFIP.