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Hace algunos días, el país vivió una realidad que los colombianos creían superada. Atentados terroristas, una avioneta secuestrada, líderes territoriales asesinados, sangrientas venganzas de la mafia y una delincuencia desbordada. Hacía tiempo que los ciudadanos no sentían tanta inseguridad, falta de autoridad y desprotección del Estado. Lo más increíble es que la mayoría de los episodios tienen un denominador común: delincuentes reincidentes que por distintas razones son dejados en libertad por jueces.

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