Se apoya con fe en el arte y las ideas
Recuerda a su compañera Amparo, con quien creó el repertorio de su último disco poco antes de su muerte, y le tocó grabar en medio de su duelo. Religioso y carismático se presenta el 10 de marzo.
En diciembre de 2016, el diario El País publicó una nota que aseguraba que Indestructible era el mejor disco español de ese año. Lo sostenían el periodista que firmaba el artículo de ese popular diario y un grupo de músicos y productores convocados especialmente para opinar. “Se merienda a todos los demás”, concluía categóricamente el autor del texto. No fue la única vez que se dijo eso del último álbum hasta la fecha de este intenso, carismático y talentoso artista madrileño Diego Ramón Jiménez Salazar que cumplió 49 años en diciembre pasado.
Lo notable es que El Cigala logró ganarse esos elogios desmarcándose del género que mejor conoce y domina (el flamenco). O mejor dicho: poniéndole pimienta gitana a un repertorio que recupera grandes canciones de la salsa con la colaboración inestimable de una selección inusitada de invitados especiales. Algu- nos de esa extensa lista: Oscar D’Leon, Bobby Valentin, Larry Harlow, Roberto Roena, Eddie Montalvo, Nicky Marrero, Jorge Santana, Gonzalo Rubalcaba, los Muñequitos de Matanza, Luis Perico Ortiz, Horacio, el Negro, José Aguirre y Diego del Morao. Son muchos, y muy buenos, los que pusieron el hombro para que El Cigala se luciera refrescando grandes éxitos de figuras como Héctor Lavoe y Willie Colón.
Para darle forma a Indestructible, El Cigala también recorrió todo aquel lugar donde la salsa pisa fuerte –Cali (Colombia), San Juan (Puerto Rico), La Habana (Cuba), Punta Cana (República Dominicana), Nueva York y Miami (Estados Unidos)– y grabó en cada una de esas plazas, como para imbuirse de esa música vital e infecciosamente bailable que sonará el próximo 10 de marzo, cuando el artista es-
“La salsa es una música del pueblo, que se siente, que se baila.”
pañol se presente en el Gran Rex para reencontrarse con el público argentino.
¿Se sentirá El Cigala indestructible? Lo responde él: “¡Qué va! Cuando pensé ese título no quería que nadie pensara que era sobre mí –señala–. Soy muy consciente de mi vulnerabilidad y agradezco la bendiciones que me da la vi- da. Indestructible es la salsa, como lo son la música, el arte y las ideas”.
— ¿Qué es lo que más le gusta y lo motiva de la salsa?
—Es una música del pueblo, que se siente, que se baila. Y con muchísimo talento. Hay tantos grandes compositores e intérpretes que podría grabar ya mismo otro disco. Quizás algún día lo haga.
—¿Cómo eligió el repertorio de “Indestructible”?
—Elegir el repertorio es un proceso muy intuitivo. Siempre lo hice con mi compañera Amparo: íbamos escuchando y probando cuáles canciones me hacían sentirme más a gusto, cuáles me llegan al corazón, qué letras me mueven... Luego grabamos una primera maqueta, con la ayuda de Jaime Calabuch, Jumitus, el productor del disco, para estar seguros de que los temas eran esos. Desde el principio me sentí a gusto. Y salió todo tan bien como esperábamos.
—Ha dicho alguna vez que le tiene mucho miedo a la muerte. ¿Es una persona religiosa? ¿Cree que hay algo más allá de la vida?
—Sí, soy creyente.
—Su nuevo disco es muy vital. ¿Fue una especie de antídoto contra la tristeza?
—Absolutamente. Pero el disco ya estaba planeado antes de saber que me iba a tocar grabarlo en un momento tan triste por la muerte de mi conpañera. A veces las cosas pasan por algo... Si me hubiera tocado grabar algo más triste, no sé si hubiese podido sacar el proyecto adelante.
—El único tema inédito del disco es “Fiesta para Bebo”. ¿Qué importancia diría que tuvo su encuentro con Bebo Valdés en su carrera?
—Conocerlo a él, y a otros músicos del otro lado del Atlántico como Jerry González, me ayudó a trascender el mundo del flamenco. Pude entrar en contacto con otros géneros y enriquecer mi aventura musical. Y fuera de los escenarios, Bebo me enseñó el compromiso eterno con la profesión y con la música, aparte de haberme dado la oportunidad de compartir muchos momentos íntimos que siempre recuerdo cuando estoy en el escenario.