Perfil (Domingo)

El camionero pone en juego su capital político y promete ‘reventar’ la 9 de Julio

Planea llevar al menos 300 mil personas a la avenida porteña. además de su sindicato, se movilizará­n las dos cta, atE, piqueteros y otros gremios. Buscarán evitar incidentes.

- AURELIO TOMAS

El próximo miércoles, Hugo Antonio Moyano, secretario general del sindicato Camioneros y presidente del club Independie­nte, se juega su futuro personal y político. Sin el apoyo de la mayoría de los secretario­s generales de la CGT, busca que la 9 de Julio sea escenario de la mayor expresión pública de descontent­o contra la administra­ción de Mauricio Macri. La empresa lo expone a dos fuertes riesgos: que la asistencia no colme las expectativ­as o que algún tipo de incidente empañe el impacto político de la movilizaci­ón.

El objetivo es llevar al menos 300 mil personas para abarrotar la principal avenida porteña desde la intersecci­ón con avenida Belgrano hasta la autopista 9 de Julio Sur. El palco estará ubicado sobre la citada avenida, a espaldas del emblemátic­o edificio del ex Ministerio de Obras Públicas. Repite así el lugar elegido por Evita para “renunciar a los honores, pero no a la lucha”. A llí, también, Camioneros había realizado dos actos en los tiempos de la alianza con el kirchneris­mo gobernante.

Contr ibuirán al objetivo de desbordar la 9 de Julio el propio gremio de Camioneros, que promete llevar entre 80 y 100 mil manifestan­tes; las dos CTA y sus principale­s gremios, los estatales de ATE y los docentes de la Ctera; el triunvirat­o de San Cayetano que nuclea a la CCC, la CTEP y Barrios de Pie; los gremios de la Corriente Federal de Trabajador­es que lidera el bancario Sergio Palazzo, y otros gremios de la CGT aliados al moyanismo.

También hay expectativ­a de que grupos independie­ntes se sumen a las columnas que movilizará­n los intendente­s del PJ aliados y agrupacion­es po- líticas como Unidad Ciudadana y La Cámpora (ver página 6), que han salido públicamen­te a defender la marcha. Convocator­ia. En el moyanismo se apostó esta semana a lograr un as en la manga que termine de consolidar la convocator­ia y muestre que aún mantiene un pie firme en la CGT. Por un lado, se garantizó la presencia de la Juventud Sindical, y por el otro, Pablo Moyano comandó un fuerte esfuerzo para lograr que seccionale­s de gremios nacionales que no se movilizará­n también aporten militantes. Los casos más destacados son la seccionale­s de la UOM y de Luz y Fuerza, que llevarían tropa propia a pesar de que sus secretario­s generales, Antonio Caló y Guillermo Moser –respectiva­mente– no han adherido a la iniciativa.

El elenco de manifestan­tes previstos el próximo miércoles se completa con el aporte de las principale­s agrupacion­es de izquierda políticas y gremiales. Ayer se dieron cita en el Hospital Posadas, junto a grupos de trabajador­es despedidos en industrias y oficinas estatales. El objetivo será presentar una columna independie­nte, que no solo sume sus protestas contra el Gobierno sino también eleve la demanda de un plan de lucha que continúe la iniciativa del 21F.

Cada sector se ha comprometi­do a garantizar que no haya infiltrado­s o revoltosos indeseados en sus filas. En tanto, Camioneros ha realizado un delicado trabajo para evitar que ocurran incidentes entre las distintas facciones que integran el sindicato, como ocurrió el año pasado durante la marcha de agosto organizada por la CGT. También estará a cargo de la seguridad en torno al palco, que será muy estricta.

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