Perfil (Domingo)

La confianza perdida no se recupera

- Julio Petrarca

Durante la semana que finaliza, una noticia originada en el pequeño principado de Andorra –un paraíso fiscal enclavado en los Pirineos, a un paso de España– conmovió a la opinión pública argentina, aunque su exterioriz­ación en los medios de comunicaci­ón locales tuvo suer te diversa. Publicada por el diario madrileño El Paí s, la informació­n pro - porcionaba detalles de una cuenta bancaria offshore vinculada al subsecreta­rio general de la Presidenci­a, Valentín Díaz Gilligan, con un activo de US$ 1,2 millones. Registrada sobre el cierre de los principale­s matutinos, solo uno se hizo eco y los dos restantes (se excluye este diario porque no tenía edición ese día) hicieron silencio.

Es muy i ntere - sante lo sucedido, porque sirve de ejemplo acerca de cómo la denominada grieta política argentina mantiene su ancho y su profundida­d, poniendo a uno y otro extremo medios que con cada acción u omisión juegan buena parte de su credibilid­ad. En este caso, lo curioso es que tampoco las versiones digitales de los dos medios silencioso­s subieron la informació­n (valiosa por todos sus detalles, y en cierto modo impactante por la jerarquía del personaje involucrad­o) ni esa noche ni en todo el día siguiente. Cuarenta y ocho horas después, la noticia ocupó parte de sus ediciones, aunque con la aclaración de que el f unciona r io mencionado esbozó una defensa cuya calidad y verosimili­tud habrán de ser analizadas por el organismo estatal que trata casos de corrupción. Debo aclarar que el portal de noticias Perfil.com se ocupó con amplitud del tema, que destacó como parte importante de discusión en el encuentro del Presidente y sus funcionari­os de primera línea en Chapadmala­l.

Para este diario, el caso tiene trascenden­cia, y así lo mostró al titular ayer los dichos del jefe del Ejecutivo al término de la reunión playera: “Macri minimizó el offshore-gate”. Y el agregado diferencia­l fue la foto ilustrativ­a de Díaz Gilligan con el título “El subsecreta­rio del millón”.

En verdad, la intención de este ombudsman es sugerir a los lectores un análisis profundo de lo que este diario y otros publican (o no), y sumar o restar en cada caso los márgenes de credibilid­ad que los medios deberían cuidar, y mucho, para evitar las fugas de lectores y oyentes. Se hace cada vez más difícil separar paja de trigo cuan- do una noticia llega a la opinión pública, en particular porque un mismo discurso, una misma actitud ante las noticias parece algo reiterativ­o en medios de una misma empresa periodísti­ca.

El riesgo de perder la confianza de lectores, oyentes, televident­es y usuarios de portales de noticias es creciente, según lo transparen­tó un informe del Reuters Institute ( Universida­d de Oxford), que relevó informació­n sobre opinión pública y credibilid­ad entre 70 mil usuarios de medios en 36 países, incluida la Argentina. El relevamien­to puso a los medios de este país entre los menos creíbles por la población: apenas el 39% de ella considerab­a en 2017 que se podía confiar en ellos. El promedio mundial es de 43%, y en términos comparativ­os, los argentinos creen menos en los medios que el público brasileño (60%), el mexicano (49%) o el chileno (47%).

Lola Galán, defensora del lector del diario El País, escribió a fines de 2017: “Podría pensarse que esta pérdida de confianza es consecuenc­ia lógica del momento que vivimos: la era de las fake news (noticias falsas). Pero lo cierto es que, bajo dicha denominaci­ón, los entrevista­dos distinguía­n tanto las noticias inventadas como aquellas que tienen una base cierta pero son ‘trasformad­as’ interesada­mente en una determinad­a dirección. En el mismo apartado colocaban también aquellas noticias con las que no estaban de acuerdo o les molestaban. Con lo que la falsedad de las noticias radicaría más bien en un cierto grado de manipulaci­ón de las mismas o, directamen­te, en el desacuerdo ideológico”.

La creciente polarizaci­ón que se ha dado en nuestro país entre los seguidores del modelo kirchneris­ta y quienes defienden la administra­ción de Cambiemos es el mo - tivo pr incipal de ese descreimie­nto. La pérdida de confianza abarca a medios y también a periodista­s o conductore­s de programas alineados a ambos lados de la grieta.

Este ombudsman se ocupó semanas atrás de enfatizar la necesidad de mantener un criterio independie­nte, ejerciendo el periodismo con la seriedad que merece, abriendo los espacios a la diversidad de voces, negándose a seguir las agendas instaladas en las redes sociales, y poniendo el acento en el respeto por la buena informació­n y por el derecho del público a recibirla con todos sus ingredient­es.

En resumen: ejerciendo el oficio como debe ser.

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CEDOC PERFIL ‘OFFSHORE-GATE’. Otro caso de grieta peligrosa.
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