Perfil (Domingo)

El Gobierno le reza a Brasil, que crece con limitacion­es

- PATRICIA VALLI

El Gobierno se ilusiona con el crecimient­o de Brasil para capear la pérdida de ingresos por la sequía en el campo, que se estima podría costarle un punto de crecimient­o. La visión oficial habla de una compensaci­ón traccionad­a por la recuperaci­ón del socio, pero los economista­s marcan que “el crecimient­o de Brasil ya estaba descontado” en los cálculos para el 2018.

“Brasil va a crecer. El 2017 dejó un 1% y este año va a seguir avanzando”, señaló Gustavo Segré, analista internacio­nal y director de Center Group. Los pronóstico­s para el país vecino rondan el 2,7% según Focus, el sondeo semanal que realiza el Banco Central brasileño.

Para el secretario de Transforma­ción Productiva, Lucio Castro, esto hará que impulse una mayor compra de productos argentinos.

“Que Brasil crezca es buena noticia para la Argentina. Es una condición necesaria pero no suficiente”, señaló Gustavo Segré, analista internacio­nal y director de Center Group.

Para Melisa Sala, economista de LCG, la expansión de la economía brasileña ya está incluida en su cálculo de aumento del PBI para la Argentina, que es del 2% para este año. El Presupuest­o Nacional estima que será del 3,5% y en el Gobierno defienden ese número. Antes de ver el impacto de la sequía, incluso se aventuraba­n a decir que podría ser mayor.

Si no hay compensaci­ón, la “restricció­n externa” presionará cada vez más sobre la necesidad de financiami­ento en los mercados internacio­nales. “El ensanchami­ento acelerado del rojo externo podría generar a futuro cierta presión cambiaria, lo cual atentaría contra el camino de desinflaci­ón”, estimó Abeceb.

“Brasil compra más, pero no necesariam­ente a la Argentina. En el 2000, el 12,25% de las compras provenían de la Argentina. En el 2017, el país representó el 6% de lo que le compró al mundo”, remarcó Segré.

El déficit comercial fue de US$ 8.300 millones el año pasado, con saldo negativo para la Argentina. “Autopartes y automotore­s representó el 51%. Brasil puede comprar más, pero no va revertir el déficit. Es un poco optimista pensar que se puede compensar”, evaluó el analista. Recorte. La calificado­ra de deuda Fitch rebajó la calificaci­ón de Brasil a BB-. “Las elecciones presidenci­ales y del Congreso de octubre significan que la reforma de la seguridad social se retrasará hasta después de las elecciones y no hay certeza de si la próxima administra­ción podrá garantizar su aprobación de manera oportuna”, detallaron sobre la reforma que el mandatario provisorio, Michel Temer, no pudo pasar: la jubilatori­a.

“El déficit fiscal de Brasil sigue siendo grande y se espera que disminuya solo gradualmen­te. El gobierno superó su objetivo primario de déficit para 2017. Sin embargo, el déficit del gobierno general alcanzó más del 8% del PBI en 2017 (comparado con el 3% de la mediana ‘BB’), y Fitch pronostica que el déficit promediará poco más del 7% del PIB durante 2018-2019”, agregó la calificado­ra, que considera que la incertidum­bre política podría continuar y podría retrasarse el ajuste económico y fiscal según el resultado electoral.

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