Perfil (Domingo)

Atentados de estado islámico y talibanes azotan afganistán

- AFP Y ANSA

Al menos 31 personas murieron ayer en Afganistán en cuatro atentados, tres de ellos reivindica­dos por los talibanes, tan sólo un mes después de otra serie de ataques mortales contra civiles.

En pocas horas, una base militar, un edificio de la policía y el cuartel general de los Servicios de inteligenc­ia afganos (NDS), más una sede provincial del organismo, fueron asaltados u objeto de ataques suicidas, en Kabul y en otros puntos del país.

Excepto el ataque contra el NDS en Kabul, perpetrado por un kamikaze que iba a pie, reivindica­do por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), los talibanes se atribuyero­n las demás operacione­s en Twitter. Corbata. En el ataque de Kabul murieron tres personas y cinco resultaron heridas, según el el ministerio del Interior.

El kamikaze llegó a pie, pasó sin problemas el control e hizo estallar su carga explosiva frente al edificio. Según un vocero militar, “el hombre iba bien vestido y llevaba una corbata”, una nueva táctica para evitar los controles.

En su mensaje de reivindica­ción, publicado en la red social Telegram, Estado Islámico señaló que el terrorista superó los controles de las institucio­nes, que se encuentran “entre las mejor protegidas del mundo y entre las que llevan a cabo más abusos y brutalidad­es contra los musulmanes”. Dudas. Después de un enero de sangre marcado por 170 víctimas solo en la capital, los ataques continuaro­n en febrero en varias provincias generando dudas sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad afganas para hacer frente a la amenaza de los talibanes y de EI, después de 17 años de tareas de la coalición internacio­nal.

Si bien el atentado más importante en términos de víctimas fue el que gestaron los talibanes contra una base militar en el distrito de Bala Baluk, en Farah, con 25 soldados muertos, el más preocupant­e fue el plasmado por EI en una zona crítica de Kabul.

Tras la violencia de enero, el gobierno anunció un nuevo plan de alta seguridad para el centro de la capital, donde se encuentra la llamada “zona verde” con edificios gubernamen­tales y embajadas extranjera­s.

Pero el ataque de ayer frente a la sede de los servicios de inteligenc­ia, y cerca de la embajada estadounid­ense y la sede de la OTAN, ha demostrado que el camino para garantizar la seguridad de Kabul aún es largo.

En otra sede del NDS, en la provincia de Helmand, un coche bomba detonó y mató a una persona.

un terrorista logró pasar los controles de seguridad porque usaba corbata

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